La reforma del sistema Bolonia

El sistema Bolonia ya se ha implantado. Las últimas legiones de licenciados abandonarán las facultades en los próximos años. ¿Qué comporta esta importante reforma en el sistema universitario?

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Raquel
lunes, 16 agosto, 2010
reforma_sistema_bolonia

El beneficio más interesante del sistema Bolonia es la homologación de las titulaciones en todos los países de la comunidad europea. Pero esta ventaja se ve mancillada por una serie de condiciones innatas del llamado Plan Bolonia.

Bolonia cambia el interés intelectual por el empresarial. El nuevo sistema ha reducido el número de titulaciones en muchas universidades, aunque por otro lado aumentan las transversales (como una especie de especialización). No obstante, no serán grados, por ejemplo, ingeniería informática y peligran las intelectuales relacionadas con Humanidades, como Filología Clásica.

Se encarece el precio del crédito. Aunque ciertas universidades se han encargado de darle la vuelta a la tortilla: el coste anual será el mismo para el alumno. En efecto, se pagará lo mismo, pero por un número de créditos inferior.

Con Bolonia es obligatoria la asistencia al 80% de las clases y hay una sobrecarga de trabajo autónomo, lo cual dificulta el seguimiento de los estudiantes que trabajan fuera del aula.

Respecto a las becas, cabe destacar las llamadas “becas préstamo". El sistema Bolonia disminuye presupuesto destinado a las becas de siempre y lo destina a estas nuevas becas que el alumno deberá devolver al Estado en cuanto acabe sus estudios y encuentre un trabajo. No olvidemos que los recién titulados suelen recibir remuneraciones bastante ridículas.

Los grados pasan a ser de cuatro años, sea cual sea la duración de la licenciatura que le precedió. Esto significa que lo que antes eran segundos ciclos, como por ejemplo Estudios de Asia Oriental o Musicología, ahora serán carreras de cuatro años. ¿En los años añadidos qué se imparte? En muchos casos, asignaturas que poco o nada tienen que ver con los estudios cursados. Por ejemplo, un primer curso al estilo “humanidades” (con algo de filosofía, sociología, etc.) y en general, un último año de “trabajo de fin de grado”.

Los másteres cobran importancia con Bolonia, ante unas empresas que cada vez los valoran más y que, por cierto, suponen una importante inversión añadida a la titulación.

A finales de 2008, miles de estudiantes y profesores se mostraron disconformes con los cambios de Bolonia. A pesar de las negociaciones, no se llegó a ningún acuerdo con los legisladores. Europa manda.

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