

¿Necesita mi hijo un profesor particular?
El miedo al fracaso escolar o las bajas calificaciones son las causas por las que los padres deciden buscar un profesor particular. Si un niño necesita refuerzo en una materia, difícilmente se puede encontrar la solución en el colegio.
Se debe buscar un profesor particular cuando los niños no consiguen lograr el nivel requerido para su edad a pesar de todo el empeño y esfuerzo que ponen en ello. En ese caso, con esfuerzo y ayuda de un profesional, el niño puede comenzar a mejorar.
También se debe acudir a un profesor particular cuando el niño no ha podido asistir a clase durante cierto período de tiempo por enfermedad. Hay que tener en cuenta que cuando el niño retome las clases en el colegio, el nivel estará demasiado avanzado para él.
En otros casos, el niño obtiene muy buenos resultados en todas las materias menos en una solamente como por ejemplo inglés o matemáticas. En ese caso, también necesitan ayuda adicional para superar el nivel requerido.
En cualquier caso, las clases extras nunca deben de tomarse como un castigo por no sacar buenas notas. No hay que olvidar que el apoyo que necesita nuestro hijo es fundamental y por tanto no se trata de hacerle sentir mal por no llegar a los objetivos mínimos de ciertas materias. Hay que cuidar su autoestima y su motivación para que no deje de lado las asignaturas que más le cuestan.
Tampoco conviene sobrecargar al niño con un exceso de trabajo escolar. Los niños, además de ser responsables con sus tareas educativas, necesitan jugar y moverse libremente. Todo ello forma parte de su aprendizaje.


Cómo elegir al profesor particular
Una vez tomada la decisión, llega el momento de elegir al profesor particular más adecuado. Lo primero que debemos valorar es si los propios padres o algún familiar cercano como primos o hermanos pueden tomar la tarea de dar estas clases de refuerzo. El elegir una persona cercana hará que el estudiante se sienta más cómodo, tenga más confianza y le resulten más llevaderas las clases particulares. Aunque siempre habrá que dejar claro que ambos tienen que responsabilizarse y no convertir el tiempo de estudio en un tiempo de juego.
Sin embargo cuando las asignaturas sean más complicadas, es posible que los padres ya no podamos darles toda la ayuda necesaria y que tampoco tengamos en el entorno cercano a nadie que pueda prestarnos esta ayuda, es entonces el momento de buscar un profesor particular o bien llevarle a clases de refuerzo en una academia. Ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes.
El profesor particular a domicilio, normalmente saldrá más caro que una academia, sin embargo las clases particulares individuales suele ser más efectivas, pues la atención del profesor irá dirigida únicamente a nuestro hijo y estará mucho más controlado, por lo que el riesgo de perder la concentración será mucho menor. Además un profesor particular inculcará hábitos de estudio en el niño que seguramente le servirán durante toda su vida como estudiante.
A la hora de contratar al profesor particular, debemos tener en cuenta varios factores, como son los siguientes:
- Titulación del profesor: Es fundamental asegurarnos que el profesor que va a dar clases a nuestro hijo tenga la titulación adecuada. Evidentemente esta titulación dependerá del curso en que esté nuestro hijo, no es lo mismo que esté en primaria que entrando en la universidad, pero si debemos asegurarnos de los estudios que tenga el profesor para tener la certeza que es una persona adecuada.
- Reputación: Deberíamos estudiar sus referencias y conocer las opiniones de otras familias a las que el profesor haya ayudado con anterioridad.
- Horario: Es importante que pueda venir a dar clases en un horario adecuado para nuestro hijo. A este respecto mejor que las clases sean entre semana y por la tarde lo más pronto posible, así el niño podrá disponer del resto de la tarde para organizarse como mejor le convenga.
- Personalidad del profesor: Es seguramente lo más difícil de evaluar de entrada, aún así es importante determinar que el profesor tenga empatía y sepa motivar al alumno, para que pueda ilusionarle e implicarle en el aprendizaje.
- Opinión de nuestro hijo: Por último es importante que preguntemos a nuestro hijo qué le parece el profesor, si está contento con él y si se le ve motivado. El aprendizaje debe ser una aventura y no una tortura, para que tenga éxito es fundamental que nuestro hijo no vea las clases particulares como un castigo o una experiencia negativa, sólo así podrá aprovechar de verdad este apoyo extra.
En cualquier caso será necesario que elijamos una persona en la que tengamos confianza. No hay que olvidar que vamos a depositar en ella la educación de nuestro hijo.