Lo primero que debemos tener en cuenta es que no podemos dejar que el niño tengan una montaña de cosas por hacer entre el colegio y las actividades extaescolares. Ante todo, son niños y deben encontrar tiempo suficiente para jugar y divertirse.
Antes de enseñar a un niño un segundo idioma hemos de tener claro que debe dominar, en su nivel de edad y de aprendizaje, su idoma materno. Esto es así porque no queremos que el niño se confunda con dos idiomas diferentes y no sepa hablar bien al final ninguno de los dos.
Debemos buscar una academia adecuada a su edad en la que se utilicen técnicas de formación que le sean sencillas. Si, por ejemplo, tu hijo está en Primaria no puede ir a un ritmo diferente en la escuela normal que en la academia, ya que no es apropiado.
El niño debe afianzarse en la materia a través de juegos y de cosas que le llamen la atención. Puede comenzar con juegos muy divertidos y así, mientras se entretiene, va aprendiendo.
Una buena recomendación si queremos que nuestros hijos dominen más de un idioma, es que los padres puedan tener capacidad de comunicarse con el niño en la nueva lengua. Si nuestro niño aprende un idioma y no somos capaces de compartir con él sus nuevas inquietudes, es posible que acabe por dejarlo de lado. Lo ideal es que, como padres, aprendamos el mismo idioma si no lo dominamos ya. Así, de paso, nosotros también nos formamos.
Si somos capaces de que nuestros hijos aprendan, tanto idiomas como otro tipo de cosas, será una ventaja más de cara a su formación futura, ya que avanzarán mucho con respecto a los otros alumnos que no lo hacen.