

Para que ese primer día que debe parecerte glorioso, porque "quien tiene un trabajo, tiene un tesoro", no se convierta en una pesadilla, te trasladamos una serie de consejos que te permitan afrontarlo de la mejor manera posible.
- Es un día para observar, escuchar y aprender.
- Esa noche descansa bien, nada de irte de juerga para celebrarlo, y comienza el día con optimismo, lo has logrado ¡tienes trabajo!
- La puntualidad es fundamental, al igual que tu aspecto. El primer día cuida tu vestimenta y no arriesgues con el modelito hasta que no conozcas el ambiente en el que te vas a mover.
- Muestra interés, iniciativa y se flexible. No muestres prepotencia y no vayas dando consejos desde el primer día.
- Sé tú mismo, a la larga es lo más cómodo.
- No intentes abarcar toda la información el primer día, ve despacio pero seguro.
- Los nombres. Es prácticamente imposible acordarse de todos el primer día, muestra especial atención a los de las personas que trabajan más cerca de ti o contigo, al resto se los puedes preguntar con educación en otra ocasión.
- El primer día es el mejor momento para solventar todas tus dudas. Pregunta todo lo necesario y no des nada por sentado. Horarios, claves, ubicación de los baños, situación de los jefes....
- Es bueno relacionarse con todo el mundo. Todos tus compañeros te pueden aportar su experiencia y conocimientos, aunque siempre habrá alguno que te lo pondrá más difícil, no desesperes, muéstrate abierto y receptivo.
- Comienza desde el primer día a organizar tu tiempo y tus tareas.
Es un día difícil y complicado, ten confianza en ti mismo y domina la situación, no dejes que sea ella la que te domine a ti. Suerte.
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