Identificar los sentimientos y las emociones
Si los niños logran identificar sus emociones y sentimientos estarán abriendo al exterior una parte de su ser interna. Esto sólo puede traducirse en beneficios para ellos, ya que llegados a la vida adulta tendrán mayor facilidad para expresar con claridad lo que sienten y conectar mejor con el resto de personas: identificar pensamientos agradables, su cariño, sus arrepentimientos, sus disgustos...es una forma sana de crecer como personas.


Muchos padres se preguntan cómo crear ese tipo de conexión con sus hijos para que afloren los sentimientos y haya una comunicación bidireccional entre ellos. Más bien depende en buena medida de la personalidad de los padres, ya que si son personas extrovertidas, empáticas y abiertas al diálogo les resultará más fácil enseñar a sus hijos a seguir por este camino. Mientras que unos padres más reservados pueden encontrar ciertas dificultades.
Hablar de sentimientos
La forma de hablar de sentimientos es mediante una escucha activa y una comunicación constante entre padres e hijos. Es fundamental para que exista armonía en el hogar y se puedan establecer unos lazos afectivos perdurables. No olvides preguntar a tus hijos cada día sobre lo que han hecho e interesarse por lo que te cuentan.


Es un gran paso para que nuestros hijos se abran a nosotros y nos cuenten sus estados de ánimo durante el día: si han estado tristes, alegres, enfadados, preocupados...de esta forma estaremos creando lazos de confianza con ellos también. Si percibes que tu hijo está disgustado o se siente confuso, siempre debes de ayudarle a identificar el motivo que ha originado su estado de ánimo y entender sus razones y hacerle ver las opciones con las que cuenta para mejorar su estado de ánimo si éste es negativo.


Cuanto más se traten en casa los aspectos íntimos e individuales más fácil será crear los lazos de unión entre padres e hijos. Siempre debe de hablarse con una actitud positiva y natural acerca de las sensaciones que tenemos como humanos. Mostrar nuestros temores o alegrías no nos convierte en personas vulnerables dentro del núcleo familiar, sino que nos hace mostrar nuestro lado más humano y natural. Nuestro estado de ánimo es variable y es normal tener preocupaciones, temores, debilidades.


A veces los padres tratan de hacerse los duros y no dan rienda suelta a sus emociones, y sus hijos les imitan. Muchas veces sienten vergüenza o prisas y olvidan la importancia que tiene demostrar el afecto a sus hijos con un abrazo o con un "te quiero". No obstante, no deben dar por hecho estos gestos y deberían apostar por hacerlos alguna vez para potenciar los lazos de unión con sus hijos.
Aprender a no ocultar las emociones y los sentimientos
Los niños no deberían ocultar sus emociones: si quieren reír que lo hagan, si quieren llorar también, y si sienten que ha habido un comportamiento injusto con ellos que lo expresen también. Los padres en este sentido son su modelo a imitar y lo mejor es que cuanto antes expresen sus sentimientos para que los niños sigan en esta misma dirección.
Una forma de ayudar a tus hijos a que expresen sus sentimientos es mediante la identificación de los mismos. Dar nombre a los sentimientos y entenderlos con frases como "vaya, ya veo que te sientes mal", "entiendo tu tristeza" o "te veo muy indignado" son de gran utilidad.


Otra manera de que tus hijos exploren su interior y puedan conocer sus emociones es mediante la fantasía. Puedes plantearle situaciones hipotéticas del tipo "si tuvieras una varita mágica en qué aspectos cambiarías el mundo", es una forma de invitarles a pensar y explorar en su mundo interior.
De todas formas el aprendizaje emocional también debería darse en el colegio. Hemos escrito este otro artíuclo explicando cómo puede introducirse este aprendizaje en el aula: Aprendizaje emocional en el aula