Entre los test de personalidad se diferencian dos tipos. Por un lado, aquellos que están destinados a conocer la forma de actuar de los participantes basándose en las diferentes soluciones que darían a una determinada posición. Por otro lado, están aquellos que evalúan las emociones del candidato, su interacción con la sociedad y su estabilidad.


Este tipo de test son muy importantes para aquellas empresas que buscan un perfil determinado que vaya a enfrentarse a tareas que requieran ciertas cualidades personales, como por ejemplo control, calma, trabajo en equipo, etc.
Una de las cosas que más se valora es la sinceridad de los candidatos. Si mientes en un test de este tipo y no actúas con naturalidad se observará en los resultados y serás descartado. Intenta ser muy natural y también muy humano. Nadie quiere que parezcas un superhombre o una supermujer, porque no va a colar.
No confundas ser sincero con responder de manera adecuada. Siempre sabrás ver las respuestas correctas en función del tipo de trabajo. Si se busca un responsable de equipo y tú respondes que no sabes trabajar en equipo o delegar, te estarás descartando automáticamente. Se trata de no mentir en cosas esenciales, pero no de perder todas las opciones.
Los tests de personalidad suelen ser muy largos. Nadie espera que puedas contestar a todas las preguntas en el plazo que te dan, pero sí que puedas al menos completar un 70% u 80%. Si no entiendes las normas pregunta, pero se espera de ti que seas capaz de leer y comprender todas las preguntas.
Presta atención a las preguntas relacionadas con el consumo de drogas y hábitos poco saludables, pero no hagas que parezcan respuestas forzadas. Si bebes una copa de vez en cuando dilo, pero nunca digas que consumes alcohol o tabaco con frecuencia.
No descuides la imagen personal, que no te fallen los nervios ni se te note cansado o poco interesado.