

Gabilondo presentó el mayo pasado un informe para incentivar el estudio de la Formación Profesional, después de que la OCDE publicara el dato de que la mayoría de los jóvenes españoles prefieren el Bachillerato cuando terminan la enseñanza obligatoria. En la educación europea son muchos más los que se decantan por la FP de Grado Medio. Algunas de las propuestas de Gabilondo incluyen promover las nuevas tecnologías y el desarrollo de adaptaciones o “pasarelas” que conecten la FP con la Universidad. Se fomentará el contacto de los estudiantes de FP con la realidad del mercado laboral a través de Centros integrados. Además, el Gobierno ha aprobado el reparto de seis millones de euros entre las autonomías para la difusión de la nueva Formacion Profesional y se ha comprometido a elaborar nuevos títulos relacionados con nuevos sectores de la economía.
Algunos de los títulos nuevos son: Técnico Superior en Proyectos de Edificación, Técnico Superior en Diseño y Producción de Calzado y Complementos y Técnico Superior en Desarrollo de Aplicaciones Web.
La reforma incentiva también la movilidad internacional de estudiantes y trabajadores (se creará el “Erasmus de la FP”) y se homologarán las profesiones para ejercerlas en cualquier país de la Unión Europea.
Un aspecto muy interesante de la reforma es que permitirá a los trabajadores compaginar su labor con actividades formativas mediante becas y ayudas para conseguir un título de FP relacionado con su trabajo. Se habilitará un sistema de evaluación y acreditación de conocimientos adquiridos mediante la experiencia para beneficiar a los trabajadores sin título oficial. Una medida muy positiva para valorar la práctica, que muchas veces se desvalora en el ámbito laboral ante la falta de titulación.