

Las ideas contrapuestas de educación especial para niños con dificultades de aprendizaje forman dos ramas a saber:
1) Educación segregada: Donde los niños con sordera, ceguera o discapacidades mentales, incluso problemas de lenguaje o conducta, no participan de la educación formal.
Son atendidos por programas y equipos de educación especial donde se les hace un monitoreo personalizado de su aprendizaje y evolución.
Esta actitud separatista despertó críticas a la educación segregada tildándola como otra práctica discriminadora que, a la postre, hace imposible la inserción social esperada.
Buscando llevar estos casos especiales a ambientes "normales", es decir, semejantes a la vida en sociedad, para habilitarlos al mundo verdadero y no a "ambientes asépticos, cómodos y artificiales con respecto a la vida ordinaria.
2) Educación integrada: En este sentido la sobreprotección resta oportunidad de emparejamiento intelectual y los estudiantes quedan parcialmente vulnerables frente a los retos sociales como por ejemplo la competencia laboral.
La instrumentación de esta integración toca con la adaptación del espacio físico.
Construcción de rampas, barandas, apoyos, elevadores y ampliación de puertas para sillas de ruedas.
Por otra parte las diferencias conceptuales en los programas de educación especial, respecto al sistema institucionalizado vigente, sean en las estrategias de la trasposición didáctica, la evaluación o las consideraciones para el regreso del estudiante, podían ser más o menos profundas.
Las tres formas en que se fue manifestando este estrechamiento entre las clases regulares y los programas de educación especial son Los salones especiales, las aulas de apoyo y las clases regulares.
Los salones especiales fueron los primeros pasos en esta aproximación de los dos modelos de educación especial contrapuestos.
Los salones especiales estaban dentro de la institución de educación regular pero asistían sólo los niños con problemas de aprendizaje severos. Compartían tiempos con algún servicio de educación especial interaccionando, en alguna medida, con los demás estudiantes de educación regular.
Las aulas de apoyo se incrementaban a las de ordinario y se implementaban para casos de dificultades en la por problemas de conducta, en la comprensión del lenguaje, "desórdenes emocionales".
Es el caso de los niños que además de asistir a sus clases con el grupo, por su rendimiento o calificaciones, merecen dedicar unas horas más al estudio para reafirmar los conocimientos y repasarlo con mayor tranquilidad.
Las clases regulares albergan niños con problemas leves pero que requieren de la permanente atención de una persona especializada en la asistencia específica.
Niños con deficiencias visuales, enfermedades motoras, trastornos del habla, todos ellos dependientes del auxilio constante de otra persona.