El origen de la educación a distancia
En contra de lo que pudiera parecer en un principio, la historia de la educación a distancia se remonta a tiempos tan lejanos como a principios de 1700, con la educación por correspondencia. En concreto, la mayoría de los académicos fijan su origen en el año 1728 en el que el profesor Caleb Philips publicó un anuncio en la Gaceta de Boston ofreciendo clases por correspondencia.
Esta práctica se fue extendiendo por diversos países e instituciones, tanto que ya en el siglo XIX, la Universidad de Chicago creó en el año 1891 un departamento dedicado a los estudios por correspondencia.
Hacia principios del 1900 se le agregó el uso de tecnología de la época con los modelos de educación mediante soportes audiovisuales tras la invención del cine.
La radio incursionó en la educación a distancia en la década de 1930. Se trataba de programas pregrabados donde el escollo lo constituía el feedback o el retorno. La educación es una forma compleja de comunicación donde todas las partes son esenciales. El retorno significa en educación lo que el alumno pregunta, cuestiona, aporta, lo que va a permitir al docente establecer si se han logrado o no los objetivos.
Una fecha clave en la historia de la educación a distancia es el año 1946 en el que se crea la primera Universidad a Distancia del Mundo en Sudáfrica.
Más adelante la introducción de la televisión como un medio de comunicación masiva de contenidos educativos aparece en diferentes países a partir de la década del 50. Pero la dificultad más grande que plantea la formación a través de programas televisivos es la unidireccionalidad de la información resultando este método menos usado y efectivo que la reconocida formación por correspondencia.
La radio y la TV como ejecutores de educación a distancia resultaron ser medios con muchos cuestionamientos y resultados dudosos, no considerándose un método educativo sino una herramienta de transmisión de información. En ambos casos deben apoyarse con otro método que permita la retroalimentación del proceso. Además, la tarea del docente, la libertad de cátedra, la flexibilización de metodologías se ve cercenada con estos recursos.
Hubo tendencias conductistas, basadas en la importancia del método y llevadas a cabo en varios países donde se intentó formalizar la educación pública incluso a través de programas televisivos. Una de las fortalezas del uso de la TV es la superación de las distancias geográficas, pero a pesar de ello, la educación a través de la TV nunca fue bien vista por la comunidad docente.
Al cabo de las décadas del 70 y 80 el uso de la TV y la radio en la educación a distancia fue mermando. En tanto que la educación por correspondencia tuvo siempre una importancia más constante, la informática comenzaba a nacer.


Ni bien llegó el uso masivo del correo electrónico la Educación a distancia a través de la Internet o de Bases de Datos de transmisión telefónica no ha dejado de crecer y fortalecerse.
En sus comienzos constituyó un mero apoyo, pero cada día más las instituciones más prestigiosas ofrecen parte de sus cursos en forma on line. El uso de Internet para la educación tiene cada vez menos restricciones y se nutre, incluso de una mayor diversidad de opiniones y culturas. Es el comienzo de un nuevo concepto en educación.
Y este proceso no sólo se ha dado en los países llamados del primer mundo, por ejemplo, en el año 2008 el gobierno uruguayo entregó gratuitamente 1 notebook especial con acceso wifi a cada uno de los miles de niños de las escuelas de educación primaria del país, una tendencia arriesgada y vanguardista para un país en vías de desarrollo. En este punto ya se estaba intuyendo que el ordenador llegará a ser lo que es el lápiz y el papel.
Y tras todo este proceso a lo largo de la historia, llegó un hecho imprevisto como fue la Pandemia para darle el impulso definitivo a la Educación a distancia, convirtiéndola hoy en día en un método más de educación que permite acceder a la misma a muchas personas a las que de otra forma no les sería posible.