

Hay que tener en cuenta que el hecho de buscar trabajo es una tarea más y, por tanto, es bueno establecer una rutina para ponerse manos a la obra todos los días. Por ejemplo, despertarse temprano puesto que muchas ofertas de empleo aparecen a primera hora de la mañana. La motivación es fundamental, ya que gracias a ella podrás seleccionar aquellas ofertas de empleo que creas que se ajusten más a tu perfil profesional. Recuerda que las empresas rechazarán a los aspirantes que no estén motivados por el puesto de trabajo vacante en cuestión. Como consecuencia, el demandante de empleo piensa que es culpa suya y le invadirá la inseguridad en la siguiente búsqueda. Hay que evitar esa sensación ante todo y recuerda que siempre puedes acudir a un orientador laboral que te asesore en la toma de decisiones y en las herramientas que utilizas para buscar empleo. Durante el proceso mantén la actitud positiva. Recuerda quién eres, tu experiencia laboral y académica. Se trata de pensar en esas habilidades y conocimientos que te hacen valioso para un puesto de trabajo. Del mismo modo, debes analizar tus debilidades y puntos débiles para sacarles el mejor partido. Aprende de las experiencias negativas como parte del proceso de tu crecimiento. Cree en ti mismo puesto que es la clave que te ayudará a tener éxito en la vida. La actitud positiva con la que debes de tomar la búsqueda de empleo es fundamental. Esa seguridad en ti también se la transmitirás a los demás. Piensa en lo que quieres emplearte y sé persistente. No todos los trabajos son los adecuados para ti, pero no pierdas el ánimo y busca todas las posibles oportunidades.