

Leer en voz alta es una forma de pasar tiempo con los más pequeños de la casa. Es una manera de demostrarles a los más pequeños tu atención y de pasar tiempo juntos. De esta forma, se fomenta la comunicación entre progenitores e hijos a la par que se construyen unos vínculos emocionales muy fuertes.
Si nos centramos en la actividad de lectura en sí, también encontramos beneficios. Cuando se lee en voz alta un cuento a un niño, le estás ayudando a potenciar su imaginación y a familiarizarse con el lenguaje y sus expresiones. A esto hay que sumarle, el grado de concentración que exige estar pendiente de la historia escuchada.
La lectura en voz alta expone al niño a nuevas situaciones en las que crea todo un mundo imaginario en torno al cuento. Además de potenciar su curiosidad, el niño aprende nuevo vocabulario que puede utilizar después en su vida diaria.
En función del libro que le leamos, también puede aprender una serie de valores, educación y comportamiento. Por ejemplo, es de buena ayuda, escoger libros educativos que puedan enseñar aspectos positivos, enseñanzas de vida y virtudes de los personajes.
Los libros que contienen muchas ilustraciones también tienen importantes beneficios. Gracias a los dibujos, los niños se familiarizan con las figuras y los objetos cotidianos con una mayor facilidad.
Esta actividad, por tanto, facilita que a largo plazo, el niño muestre interés por el mundo de la lectura. Un niño, inculcado en la lectura desde una edad muy temprana, tiene muchas posibilidades de obtener éxito académico y en la vida laboral posteriormente.
Fuente imagen por flickr