Si tienes que llevar a cabo un regalo para tus hijos y no se te ocurre nada, te recomendamos comprar unos lápices de colores y también un caballete pintura, ¿para qué? Para que estos puedan desarrollar su faceta artística con todas las ventajas que eso supone.


El arte potencia las capacidades intelectuales
El arte en los más pequeños es una vía de expresión estupenda. Gracias a las infinitas posibilidades que ofrece un lienzo en blanco, los más pequeños pueden desarrollar y expresar toda clase de emociones en estos.
Está científicamente comprobado que el arte en los niños sirve para potenciar sus capacidades intelectuales y, además, también mejora la capacidad de expresión. En este caso no solo estamos hablando de esa expresión que reflejan en el lienzo, si no de la comunicación que llevan a cabo con sus padres transmitiéndoles lo que han pintado o lo que significa para ellos cada uno de sus dibujos.
Mejora la capacidad de reflexión
Por otro lado, también hay estudios que indican que las personas que desarrollan el arte desde bien jóvenes se convierten en mejores personas el día de mañana. A pesar de que con esto nos cuesta un poco más estar de acuerdo, si que es un hecho que gracias al arte los más pequeños mejoran su capacidad de reflexión. Esto se debe a que tienen que tratar de resolver ciertos problemas de forma básica.
Elegir colores, como van a ser los trazados, el tamaño del dibujo… en definitiva, es toda una serie de toma de decisiones a través de los cuales los más pequeños van a pensar por sí mismos y van a aprender a base de la experiencia. Todo esto es algo que ayuda el día de mañana. Cuando sean mayores la toma de decisiones será mucho más importante que la de elegir los colores, sin embargo, después de haber tenido contacto con estos automatismos desde bien jóvenes seguro que lo tienen mucho más fácil de cara a poder decidir cual es la mejor opción.
Desarrolla toda clase de capacidades
Por último, el arte en los más pequeños sirve para desarrollar toda clase de capacidades. Desde habilidades motrices en donde el equilibrio, la coordinación y la agudeza visual están presentes, hasta otros aspectos como poder potenciar la autoestima y el concepto de uno mismo gracias a las obras que estos desarrollan.
Por lo demás, también pueden desarrollarse socialmente, sobre todo si su trabajo forma parte de algún que otro grupo. De esta forma los más pequeños son conscientes de su aportación en el medio, de la importancia que tiene el esfuerzo en el trabajo colectivo y también del sentimiento de grupo. Todos estos aspectos están escondidos detrás de cada trazo que los niños hacen en el lienzo y se aprenden e interiorizan de la forma más divertida posible.