

Los cuentos pueden convertirse en buenos ejemplos para que los padres muestren a sus hijos valores importantes. A través de historias sencillas y con un argumento lógico, los cuentos casi siempre suelen tener un consejo o una recomendación fácil de recordar y de gran utilidad en la vida. De esta manera, los cuentos pueden ser armas muy útiles para ayudar a educar a nuestros hijos en valores y conocimientos. Sumado a ello, los cuentos pueden ser un nexo de unión muy importante entre padres e hijos. Leer un cuento a tu hijo antes de dormir potencia la afectividad entre padres e hijos, a la vez que resulta divertido. Los progenitores muestran su atención y afecto mediante la lectura o invención de historias y los niños se sienten especiales. Contar cuentos sin dibujos ni libros y con la luz apagada es una práctica muy eficaz para contrarrestar la falta de atención que sufren muchos niños como consecuencia de vivir en un mundo caracterizado por los estímulos visuales.


Cabe mencionar que los cuentos también pueden servir de ayuda para que el niño se abra a sus padres y cuente cómo le ha ido el día. Los niños pueden mostrarse más accesibles y dispuestos a contar lo que les sucede si han escuchado un cuento con el que se sientan identificados por algún motivo. Por eso, los cuentos personalizados son muy eficaces para analizar los comportamientos del niño el mismo día en que se le narra. En definitiva, los cuentos pueden dar verdaderas pistas a los niños de cómo ser mejores personas y de cómo lograr la felicidad. Son un gran instrumento para favorecer su desarrollo afectivo y emocional.