

Los niños son especialmente susceptibles en sus emociones ya que su inmadurez y falta de conocimientos del mundo que les rodea plantea para ellos constantes retos de comunicación y nuevas experiencias. La inteligencia emocional es el grado de madurez y sensatez con que una persona actúa en su medio ambiente. Es la efectividad que logra en sus acciones y sobre todo cómo capta y resuelve los conflictos y alternativas que se le presentan en la vida diaria.
¿Cómo podemos hacer para ayudarles en el desarrollo de su inteligencia emocional?:
- Aprendamos a relajarnos y que sigan nuestro ejemplo. La relajación mental y física es muy importante para lograr pensar con claridad y eficiencia.
- Ayudarles para que se conozcan a sí mismos. Por muy pequeñas que sean las explicaciones nunca están de más. Nos acostumbramos a ellas y solemos crear lazos de confianza y puentes de comunicación. Toda circunstancia que tenga que ver con emociones puede ser un aliado. Reflexionar sobre las situaciones le enseñará a pensar sobre cómo se siente hacia ellas.
- Respetar sus procesos. Si se siente triste, intentar saber la razón y ayudarle a superar la tristeza. Nunca incitarle a negarla. Si se siente rabioso o decepcionado, intentar que se calme y luego busque una solución más calmada.
-Enseñarle sobre la importancia de tomar en cuenta a las personas, lo que sienten, piensan y como están en un determinado momento. Esto desarrollará la empatía y les hará ser más solidarios con los sentimientos de los demás.
- Evita los castigos impulsivos ya que esto agrava la situación. Lo que se quiere es EDUCAR, por tanto, ante una conducta inadecuada lo correcto es hablar con el niño sobre lo que la ha provocado, escuchar su perspectiva y sobre todo guiarle sobre posibles conductas correctas que hubiera podido tener.
- Ayudarles a comprender que la forma de relacionarse con los demás es muy importante. Debemos dialogar con ellos sobre los conflictos que tengan con los demás y, sobre todo, intentar que las soluciones que se den sean producto de una reflexión responsable.
- Se deben seguir normas básicas de convivencia, sentimientos, pensamientos. Ejemplos: No dejarse vencer por los problemas; No hablar mal de nadie; Hacer las cosas bien desde la primera vez; No herir los sentimientos de los demás; etc. Estas normas constantemente en sus mentes marcan una gran diferencia, ya que al momento de actuar sus acciones parten desde un ángulo más responsable.
- Evitar que los medios de comunicación, video juegos y la calle sean los educadores principales. Esto quita autoridad a padres y tutores y confiere un espacio peligroso para su salud emocional.
En la escuela los niños reciben especialmente información teórica: conceptos, asignaturas, etc. y la educación emocional queda relegada a un segundo plano. Los profesores, madres y padres esperan de ellos un comportamiento determinado cuando la realidad es que también hay que educarles en ese sentido. La base es el diálogo y la convivencia armoniosa.
Si lees este post con el vídeo activado, la música hará que sientas estas palabras de una forma diferente. ¡Está influyendo en tus emociones!