

Si nos atenemos a la estructura podemos identificar:
-Entrevista estructurada. Se trata de una serie de preguntas predeterminadas acerca de la educación, la experiencia personal y las particularidades del candidato. Sus respuestas deben de ser claras y concisas.
Cuando se trata de cubrir puestos de directivos, altos cargos o que se requieran perfiles comerciales se suele optar por una entrevista de tensión. Es una prueba dura con preguntas incómodas para ver cómo reacciona el candidato. Para superarla hay que ser educado, natural y diplomático.
-Entrevista libre. Son preguntas más abiertas en las que el candidato puede conducir la entrevista de forma positiva.
-Entrevista semiestructurada. Hay parte de preguntas estructuradas y otra de preguntas abiertas. Es la más habitual, ya que por un lado se responden las preguntas necesarias para que la empresa te conozca y también te permite mostrar tu habilidad para defender tu candidatura.
Si se tiene en cuenta el medio y el número de personas diferenciamos:
-La entrevista personal. Es la que más común de todas. Participan el candidato al puesto de empleo y un solo representante de la compañía. Se trata de conocer al candidato, su experiencia, sus expectativas, sus habilidades comunicativas y su actitud.
-La entrevista grupal. Podemos distinguir varios tipos:
-Entrevista de panel: Varios entrevistadores hablan con un único candidato.
-Entrevista en línea: El candidato es entrevistado por distintas personas que pertenecen a un distinto nivel jerárquico dentro de la empresa.
-Dinámica de grupo: Hay varios candidatos al puesto de empleo que tienen que debatir o simular roles y situaciones. Es para valorar el trabajo en equipo, la toma de decisiones, la perseverancia, la iniciativa y la resolución de conflictos.