En las entrevistas de trabajo, los nervios pueden jugarnos una mala pasada. Sin embargo, hay que tener claro una serie de pautas para afrontar los procesos de selección con éxito. Ir vestido de forma adecuada es muy importante.
Además de todas tus cualidades, el entrevistador se va a fijar en tu imagen. Por tanto, debes de cuidar la vestimenta para que sea lo suficientemente elegante sin exagerar. Se recomienda llevar camisa blanca ya que refleja pulcritud, vaqueros azules y zapatos.


La seguridad con la que respondas las preguntas también es un aspecto a cuidar. Debes de mostrarte seguro pero tampoco atosigues al entrevistador. La seguridad debe de estar en tus palabras y en las respuestas. La comunicación no verbal también merece atención:
- Debes de mantener el contacto visual con el entrevistador pues mirar a otro lado es señal de desconfianza.
- Es muy positivo que asientes con la cabeza mostrando tu interés a lo que te están contando y que, si tienes que preguntar, lo hagas.
- Las manos deben de estar visibles y sólo debes utilizarlas para reforzar tus expresiones. Las respuestas emocionales también tienen su peso.
Debes de hacerle ver al entrevistador que estás muy interesado en el puesto de trabajo. Si el entrevistador percibe que tus respuestas son propias de un robot, enseguida te descartará.
Si te preguntan qué quieres conseguir con ese puesto de trabajo, es muy apropiado que reflejes lo que te gusta con expresiones que transmitan el encanto y lo expliques brevemente. De esta manera, el entrevistador notará que estás realmente motivado por conseguir el puesto.
Por tanto, lo ideal es que vayas a una entrevista de trabajo con una actitud alegre e ilusionada, como si fuera el trabajo perfecto para ti. No conviene extenderse largos minutos explicando por qué quieres el puesto. Lo más práctico es dar una respuesta clara, concisa y segura a este tipo de pregunta.