

Es normal que los padres se preocupen por el bienestar de sus hijos, pero también deben de tener en cuenta que los niños deben aprender a enfrentarse a las situaciones que se presentan y no ser meros observadores.
Consecuencias de que los padres protejan demasiado a sus hijos
Si los padres protegen demasiado a sus hijos, al final, los niños no serán capaces de resolver conflictos por ellos mismos y siempre van a requerir ayuda de sus progenitores.
Bien sabemos que los niños necesitan el amor y el apoyo de sus padres, pero también hay que tener en cuenta que los progenitores deben velar por el desarrollo de sus hijos. Crecer implica progresar de acuerdo a la edad de los niños, y es fundamental que conquisten su autonomía, sean capaces por ellos mismos de desarrollar estrategias para resolver conflictos y dificultades, tomar sus propias decisiones con sus consecuencias y tolerar la frustración.


Si no dejamos que los niños desarrollen estos aspectos, al final van a ser extremadamente dependientes de sus padres y siempre van a solicitar la ayuda de ellos para que les resuelvan los posibles conflictos, pues ellos no cuentan con la seguridad suficiente ni saben cómo actuar.
Esto sólo puede traducirse en sufrimiento para el niño, ya que no será capaz de tomar decisiones por él mismo y tendrá dificultades en sus relaciones sociales en un futuro cercano. Por tanto, siempre hay que dejar que el niño cometa algún error para que sea capaz de aprender por él mismo, y hay que ayudarle a que asuma que no todo es cómo él quiere. Los padres son un apoyo en la búsqueda de estrategias o soluciones, pero no deben decidir por sus hijos ni protegerles en exceso.