El juego cobra una importancia vital para el desarrollo intelectual, psicológico y social del menor, todo los niños deben jugar, ya que a través de esto el niño va formándose conceptos de lo que es la vida, y va experimentando sensaciones por él mismo.


Los niños viven en el presente, y su mente necesita de la imaginación, de la fábula, poco a poco los niños van adquiriendo conceptos, y los juegos, en muchas ocasiones, es la mejor manera de trasmitirles un conocimiento de una manera agradable y efectiva para ellos.
Es necesario que los padres se impliquen en los juegos de los niños, que les observen, que jueguen con ellos. Si observamos a un niño inmerso en cualquier juego veremos que nos da muchas pistas de cómo es su personalidad, de qué siente, y de cómo se expresa.
El niño tiene que aprender a expresar y a controlar sus emociones, y el juego les brinda la oportunidad de desarrollar estas facetas. Un niño que coge rabietas porque pierde en algún juego, nos está diciendo que necesita aprender a gestionar la derrota. Es importante que estemos muy pendientes de cómo los menores gestionan sus emociones, porque los padres son los que deben enseñar al niño a moderar sus emociones.
En definitiva que algo que aparentemente puede parecer que es un pasatiempo, es importantísimo en el desarrollo del menor, y a la vez nos puede servir como vehículo para conocer más a nuestros hijos, y a la vez para poder educar de una manera más saludable a nuestros menores.