

A pesar de que los laboratorios pueden tener una gran cantidad de máquinas e instrumentos dependiendo a la actividad a la que se dediquen, todos siempre cuentan con unos elementos en común que suelen ser la base de todas las operaciones que se pueden realizar en estos. De esta forma, podemos decir que uno de los elementos más comunes y que nunca puede faltar en un laboratorio es un cristalizador. Este cristalizador es un material de uso general ya que nos permite cristalizar el soluto de una solución a través de la evaporación, pero también tiene muchos más usos comunes como por ejemplo usarlo de tapa o recipiente entre otros…
Los materiales que nunca deben de faltar
Además de un cristalizador, otro material que nunca puede faltar son los vasos de precipitado. Estos vasos, son vasos especiales que están marcados para poder llevar a cabo las mezclas con las proporciones correctas. Como si se tratara de un vaso de cocina, necesario para regular las cantidades de los ingredientes, pero fabricados con materiales especiales que puedan aguantar todos los líquidos especiales que pasan por un laboratorio. De la misma forma los matraces nos servirán para llevar a cabo diferentes mezclas y para contener líquidos de todas las naturalezas. Estos recipientes especiales son necesarios para poder tener de forma segura y ordenada compuestos químicos para su uso más adelante, ofreciendo una resistencia importante, teniendo en cuenta el grado de manipulación al que se van a someter los mismos. En un laboratorio además de almacenar una gran cantidad de elementos se van a llevar a cabo una gran cantidad de intercambios entre estos. Todos los experimentos se suelen hacer a través de mezclas y por eso contar con copas y jarras graduadas también es algo que nunca debería de faltar en un laboratorio.
Algo más que recipientes
Más allá de todas las clases diferentes de recipientes que necesitamos, en un laboratorio de un centro docente también hacen falta algunos aparatos como por ejemplo los microscopios y todo el material que necesitan estos como por ejemplo los portas para poder colocar las muestras. Además de estos microscopios, necesitaremos también contar con toda clase de herramientas con las que podamos cortar y manejar toda clase de elementos y para ello, nada mejor que una aguja para disección o un bisturí. Por último, otro elemento también bastante común y muy recomendado, es una balanza de dos platillos. Esta balanza nos servirá para pesar y contrastar toda clase de elementos y para ello, deberemos colocarla en una zona del laboratorio libre de vibraciones o movimientos que puedan alterar el resultado final ofrecido por la misma.