Peleas, discusiones, riñas, insultos, indiferencias. Dos personas que daban la vida el uno por el otro, entra en una guerra sin cuartel. En el medio, se encuentran los niños, quienes se descontrolan emocionalmente y traducen sus miedos a su rendimiento escolar.


Si estás en proceso de separación o divorcio, algunos consejos pueden serte útiles para ayudar a tus hijos a sobrellevar esta situación:
- Cálmate y tranquilízate para que puedas pensar y sentir con calma. No entres en guerras. Intenta solucionar todo con el diálogo.
- Recuerda que quien se separa o divorcia eres tú, no tu hijos. No les hagas pagar deudas que nos les corresponden. No les mezcles en tus discusiones ni les utilices para hacer sentir mal a tus ex.
- Trata de ponerte de acuerdo con tu ex (aunque sea a través de algún conocido) y háblenle a los niños de la decisión que han tomado. Así no se enterarán por terceras personas.
- Comunica a los servicios de orientación del centro docente lo que está pasando (no tienes que dar detalles) para que sean conocedores de la situación y puedan orientar a los niños en caso de que perciban algo anormal en su conducta o rendimiento estudiantíl.
- Dialoga mucho con ellos y hazles sentir que ellos estarán bien y que, entre todos, podrán controlar la situación. Esto evitará inseguridades, miedos o sensaciones de pérdida.
- Podría haber situaciones en las que ellos intenten chantajearte emocionalmente. No lo permitas. Sé clara y precisa y mantén una posición tranquila, firme y amorosa ante lo que se presente.
- Recuerda que cuando se vive en pareja, hay mucha información que se da por sentada. Ahora, que no conviven, es muy importante que hagas llegar a tu ex cualquier información que tenga que ver con la conducta de los niños, de esta manera ambos podrán seguir con el proceso educativo con la mayor normalidad posible.
- Es recomendable que en los casos de custodia compartida, los "niños viajeros" sean vigilados por igual en ambos ambientes para que realicen todas sus asignaciones y deberes al día. Ayudarles para evitar que olviden materiales o textos escolares en la casa materna o paterna. Ambos progenitores son responsables de revisar la agenda y mantener contacto con la escuela.
- Contar con familiares cercanos (tios, abuelos, hermanos mayores, etc.) que puedan echarnos una mano en caso de que sea necesario.
- Como siempre, un profesional del área, puede asesorarte en cuanto a ciertas actitudes en estos momentos críticos.
Las separaciones y divorcios están a la orden del día. Juntarse y pelearse muchas veces hasta la muerte, son situaciones que se presentan con mucha frecuencia, más de lo que probablemente la mentalidad infantil es capaz de asimilar. Los niños y jóvenes tienen sus propios mundos en los cuales se desarrolla todo lo que hacen y piensan, por tanto dependen de cierta estabilidad externa, brindada por el hogar, para mantener un nivel adecuado de tranquilidad emocional.


Las separaciones se dividen en dos tipos: de mutuo acuerdo y conflictivas. Ambas tienen el factor común de implicar un cambio para la vida de los niños. Si los padres tienen una actitud responsable serán capaces de ver que aunque el vínculo de unión se rompe, seguirán siendo padres y los niños seguirán siendo hijos. Por esto, cuando se trata el tema de los niños, es de vital importancia que se cuide la salud mental y estabilidad emocional y afectiva de los niños. Suele suceder que comienza una lucha intensa entre la pareja que hace que descuiden la atención que se debe prestar a los menores, y éstos aprovechan la situación para escapar de normas, hábitos y costumbres entre los que se encuentran el buen rendimiento académico.
Este último depende de los niveles de concentración y hábitos de estudios y no deben verse afectados por la separación. Por lo tanto, padres y madres, conjuntamente con la escuela pueden hacer que la adaptación a la nueva situación familiar sea menos difícil, más llevadera y que no perjudique la labor educativa.
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