Saber si mi hijo tiene Déficit de Atención
El Déficit de Atención, es un trastorno que tiene su origen en el sistema nervioso y en la genética del individuo. A los niños les impide mantener la concentración y la atención fija en circunstancias normales. Suele ir acompañado de Hiperactividad, razón por la cual se le llama TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad).
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alondra
jueves, 26 abril, 2012
Los niños que lo padecen, tienen serios problemas en los estudios que pueden derivar en fracaso escolar. Otros presentan problemas de adaptación social, ya que por su nerviosismo e impaciencia se relacionan de forma agresiva con las personas que les rodean. Son síntomas que deben ser analizados por un especialista, ya que la mayoría de los niños y jóvenes son inquietos y se distraen fácilmente. Si quieres saber si tu hijo o hija padecen de este trastorno, fíjate si has observado lo siguiente. - Le cuesta mantener la atención. - Presenta cambios de humor exagerados. Desequilibrio emocional. - Se distrae fácilmente, pero muchas veces durante la jornada diaria. - No puede mantenerse tranquilo. No es el candidato para ir a conciertos, cine, ver una película en TV, etc. - Se siente bien con mucho movimiento y situaciones estresantes, lo que le lleva a buscar el peligro porque no mide las consecuencias de sus actos. - Son propensos al consumo de drogas como la marihuana, a sustancias como el café o la nicotina por obtener una cierta "tranquilidad". - Son conflictivos y tienen problemas en la mayoría de los sitios donde van. Muchos presentan problemas de delincuencia. - Es desinteresado (a) y pareciera que nada le motivara en concreto. - Tiene tendencia a deprimirse, aislarse, como si quisiera desconectarse de lo que le rodea. Este trastorno no tiene cura. Mientras más temprano se detecte, más fácilmente podrá el niño o la niña comenzar un tratamiento que le permita hacer una vida con total normalidad. Personalidades como Albert Einstein, Thomas Alva Edison, padecieron de este trastorno, lo que nos ratifica que no es un impedimento para desarrollar la inteligencia y mucho menos una excusa para convertirse en antisocial. Lo más importante es que el diagnóstico y tratamiento a tiempo siempre aumentarán las posibilidades de felicidad para el niño o niña que lo padece.