Apostar por la psicología infantil es algo que, a día de hoy, por fortuna, se acepta con más naturalidad que hace unos años, y es que el papel de los expertos es orientar a las personas a que se sientan mejor. A veces surge la duda de ¿cuándo hay que acudir con mi hijo al psicológo? Pues se debe de hacer cuando se perciba que el niño está sufriendo y ha dejado de ser feliz por alguna razón.
¿Cuándo acudir al psicólogo?
No obstante, el sufrimiento a veces no es evidente. Los padecimientos psíquicos se suelen manifestar a través de síntomas que señalan que hay conflictos internos en nuestros hijos. Por lo general son síntomas que no se consideran "normales" de acuerdo a la edad del niño y que no es propia de una persona segura de si misma y con la autoestima sana, por lo que se hace necesario recurrir a un profesional especializado en psicología infantil.


Por ejemplo, cuando el niño sea retraído y no hable con los demás niños, que siga mojando la cama con 5 años, no saber respetar a las demás personas, estar triste por su físico, tener problemas en su rendimiento escolar, mostrar un lenguaje insolente, obsceno, hacer sentir mal a las otras personas, tener tics, robar, no corregir ciertos hábitos...son signos que revelan que un especialista en psicología infantil tiene que encaminar la conducta de nuestros hijos.
A veces son hábitos que se pueden corregir en poco tiempo, pero si permanecen, entonces, el niño se verá afectado y acabrá sufriendo. Nadie tiene la culpa, y esto es algo que tienen que entender los padres, pues por lo general les invade la angustia pensando que ellos son los culpables. Esto sólo empeora el conflicto.


El hecho de acudir a un especialista en psicología infantil es un paso afectivo que demuestra que los padres se implican en la educación de sus hijos y, por tanto, quieren mejorarla con la ayuda de un experto.