

Si notamos que el niño tiene comportamientos extraños, debemos de estar muy pendientes con qué frecuencia ocurren y la duración de éstos.
Los niños suelen tener comportamientos que muchas veces los adultos no comprendemos porque se producen, pero la clave está en cómo se siente el niño en general, si está triste, si se aísla en exceso, si duerme poco o mucho, si no se relaciona con el entorno, pérdidas de apetito, y cambios bruscos de comportamiento, nos están dando señales de que al niño le puede ocurrir algo.
En mucho casos necesitamos la ayuda de un terapeuta para llegar a conocer cuál es el problema que tienen nuestro hijos, ya que por lo general, les puede costar más expresar qué es lo que les preocupa o qué les hace sentir mal.
Cuando en el núcleo familiar hay un evento potente emocionalmente hablando, tales como una muerte, una separación, un cambio de ciudad, debemos intentar explicar con la mayor claridad posible a nuestro hijo la situación y hacer que él exprese lo que siente y opina sobre el tema.
Hay veces que las dificultades psicológicas pueden no ser tan visibles, pero que si no se cogen a tiempo, pueden ir generando un problema de desarrollo en el niño, por eso si se nota algún comportamiento extraño continuadamente, lo aconsejable sería consultar a un especialista para paliar el malestar cuanto antes.
Los profesores deben jugar un papel importante en este asunto, ya que ellos pasan bastantes horas diarias con los niños y realizando actividades de diversas características, con lo que la comunicación padre-escuela debe ser continua.
No sólo los problemas del lenguaje o psicomotores requieren de tratamiento psicológico, sino que hay multitud de problemas que es aconsejable abordar desde una temprana edad.
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