Tareas, estas últimas, que puede desarrollar durante el tiempo dedicado a las tutorías, momento en el cual el docente puede profundizar en las capacidades individuales de cada uno de sus alumnos, en sus actitudes e intereses, para intentar mejorar su trayectoria.
La tutoría ayuda a que alumno y profesor se conozcan más y mejor, mejora las relaciones entre ellos y ayuda a establecer lazos de unión fuera del habitual ambiente de la clase. Este acercamiento puede permitir al profesor descubrir las posibles dificultades que no dejan que el estudiante rinda mejor, problemas que sólo salen a la luz si existe un ambiente de camaradería entre ambos, que favorece la comprensión y la confianza. La presencia de un tutor puede ser básica para actuar a tiempo y ayudar a prevenir el fracaso escolar.
Las tutorías pueden ser en grupo o individuales. En ambos casos estarán siempre encaminadas a dirigir y orientar el aprendizaje de los alumnos, además de servir como apoyo en su proceso educativo, siempre en colaboración con las familias.
La tutoría individual puede tener distintos objetivos:
- Diagnosticar y resolver las posibles dificultades que un estudiante tenga en su trayectoria educativa.
- Facilitar su integración en el grupo.
- Orientar al alumno sobre cuál puede ser su futuro profesional o sobre su trayectoria académica.
- Resolver posibles conflictos que el estudiante mantenga con algún compañero o profesor.
Para que la tutoría sea eficaz, es conveniente que el tutor se informe sobre el alumno antes de hablar con él y conocer cuáles son sus necesidades reales. Para ello el tutor puede consultar el expediente académico del alumno, hablar con el resto de profesores para formarse una opinión sobre el chaval y si fuese necesario incluso con la familia.
Después de reunir toda esta información, el tutor concertará una entrevista con el alumno en la que se expondrán cuales son los objetivos a cumplir por ambas partes y la forma de alcanzarlos.
