

Los niños, por naturaleza, suelen ser egoístas (sin mala intención) ya que están aprendiendo el sentido de la pertenencia y, además, el instinto de sobrevivencia les lleva a querer tener ciertas cosas sólo para sí mismos.
La solidaridad no es solamente ayudar a niños desfavorecidos socialmente o animales abandonados, entre otras acciones, sino que tiene mucho que ver con una condición de vida que se establece para crear empatía con las personas que nos rodean. Es muy importante tomar en cuenta ciertos aspectos para educar niños solidarios:
- Enseñarles a compartir desde muy temprana edad.
- No permitirles ser caprichosos o que todos sus deseos se vean satisfechos sin que hagan esfuerzos.
- Invitarles a hacer su parte en las labores diarias y a considerar positivamente los esfuerzos de los demás integrantes de la familia.
- Deben asignárseles responsabilidades que irán creciendo con el tiempo, pero que les permita crear consciencia de la importancia de ayudar a otros y formar parte de un equipo.
- Evitar su participación en juegos o programaciones televisivas que fomenten el autoritarismo, la competitividad agresiva, la destrucción y, sobre todo, la falta de humanidad. La exposición a imágenes de este tipo fomentan la insensibilidad ante el dolor o sufrimiento de las otras personas.
- Limitar el acceso en las páginas de Internet restringiendo los contenidos que perjudican la moral de los menores.
- Invitarles a reflexionar y, si es posible, llevarles a realizar obras sociales que les permitan sentir que pueden contribuir a aliviar el sufrimiento de otros. Educar en valores es fundamental.
- Promover, a través de las AMPA, campañas de estudio sobre los problemas sociales que afectan hoy en día a nuestras poblaciones. Adaptándolo a cada edad, brinda excelentes temas de discusión y análisis.
- Invitar a personas que tengan experiencias de acciones solidarias para que les cuenten sus experiencias y transmitan la satisfacción de poder ayudar a otros.
- La participación de los padres en actividades y campañas de ayuda humanitaria son muy efectivas para que los niños aprendan del ejemplo y estén vinculados desde siempre con el apoyo a los más necesitados.
Pensar en los demás y en sus dificultades y sufrimientos es también cultivar los buenos sentimientos y mejorar el futuro del ser humano.
Fuente Imagen 1: Flickr