

Lógicamente siempre se debe de optar por unas películas adecuadas para la edad de nuestros hijos. El cine es una herramienta muy útil para mostrar acontecimientos históricos de una manera amena. En muchas ocasiones, incluso se puede optar por documentales que nos ofrezcan visionados reales sin ninguna simulación de actos.
Mediante las historias y las diversas tramas se pueden llegar a entender y seguir mejor una materia, ya sea la explicación sobre un hecho histórico, sobre geografía o, por ejemplo, sobre una historia que se utilice para mostrar aspectos importantes en una profesión.
El cine transmite valores y mensajes. Ver una película puede hacer aflorar nuestros sentimientos como hacernos reír, llorar o sufrir con las historias que le ocurren al bueno de la película.
El cine nos puede educar mediante los modelos adecuados o a través de unos comportamientos ejemplares por parte de los protagonistas de la historia. Nos hace desarrollar cierta sensibilidad y empatía hacia los personajes, de quienes muchas veces nos podemos llegar a sentir identificados.
Los mensajes del cine son infinitos. Detrás de muchas historias podemos encontrar valores importantes como el de la amistad, la superación, el respeto y la lucha por conseguir nuestras metas. A la vez podemos identificar aquellos actos inadecuados para vivir en armonía.
Al mismo tiempo, el cine es cultura y nos posibilita desarrollar una mente más crítica. Nos aporta conocimientos más técnicos acerca de los distintos planos, los efectos sonoros y el tipo de escenarios. Además, podemos comparar unas obras con otras. En definitiva, el cine es una herramienta que nos enriquece en nuestro desarrollo personal.