

Generalmente, cada persona, tiene unos rasgos característicos peculiares y eso afectará de distinta manera en el trabajo. Aunque, después de pasado un tiempo, casi siempre se llega a un equilibrio propio que se mantiene como el carácter profesional de cada uno.Por eso, hoy en el blog de educación repasamos los carácteres más típicos.
El inseguro
Se acaba de llegar pero siente que no sabe nada, su perfil se concentra en la duda permanente. Pregunta sobre cómo hacer cada una de sus primeras tareas mostrándose incapaz de decidir por sí solo. Deja la sensación de que cuida más su trabajo que su propia vida. Es necesario que supere sus miedos y adquiera más soltura, de lo contrario nunca ganará el debido respeto ni posibilidad de ascenso. No se compromete con nada ni nadie; teme hablar del jefe y de los compañeros por eso pregunta todo sin tomar postura en nada.
El sabelotodo
Se muestra como el que sabe más que todos, su afán de demostrar conocimiento y habilidad en la toma de decisiones lo posiciona en un lugar donde rápidamente se hace famoso por llamar la atención. No suele adquirir amigos hasta que no baja la guardia.
El silencioso
Hace, realiza, es efectivo, es rápido pero no se comunica. Atraviesa los pasillos y oficinas cual fantasma sin preguntar nada. No habla con sus compañeros dejando a todos con una gran interrogación acerca de sus facultades. Está observando todo y a todos antes de actuar. No quiere hablar con nadie hasta no conocer los roles de cada uno, los dimes y diretes, lo que se dice de aquel, lo que se trae el jefe y todos los que andan en la vuelta. Una vez superada la barrera de comunicación son buenos compañeros, sólo están en una primera fase de adaptación.
El rehén
Llega y con el primer compañero que habla o le da una mano se queda para siempre. Es tomado como rehén y se polariza inmediatamente hacia las ideas de ese compañero o grupo. Rápidamente aprende todo lo que no tiene que ver con trabajo del trabajo y se sumerje en un mundillo poco saludable para el que recién comienza. Sabe mucho de lo que no debería saber, la mitad de los empleados lo ven con malos ojos y no sabe como defenderse por ser demasiado nuevo.
El primer empleo se recuerda para toda la vida, como todas las primeras veces de todas las cosas, todos ellos, los inseguros, los que todo lo saben, etc., cuidan mucho su primer empleo y estas no son más que reacciones naturales que la personalidad de cada uno les permite tener frente a una situación de estrés planteada por algo tan importante en sus vidas.
El desempeño posterior de cada uno en su profesión se forja en base a la experiencia y observación cotidiana, siendo el compañerismo de trabajo y la relación con los superiores factores clave en el proceso de fijación de caracteres profesionales.