

Lo primero, antes de buscar empleo es saber para qué tipo de trabajo estamos capacitados realmente, cuáles son los puestos, qué podemos desempeñar dados nuestros conocimientos y nuestra experiencia. Si optamos a todas las ofertas que hay, no sólo acabaremos agotados, además nos frustraremos porque en la mayoría de las ocasiones no llegarán a pasar ni la primera criba.
Considera también como capacidad o experiencia aquellas tareas que has hecho de forma voluntaria. A veces, el hecho de no haber cobrado por nuestro trabajo sólo influye en que no sea propiamente un empleo, pero la experiencia está ahí y es demostrable.
Lo siguiente que debemos tener en cuenta a la hora de buscar empleo es que lleva tiempo. No nos van a llamar a la primera de cambio. Así que cambia el chip y sé consciente de que la búsqueda de empleo ya es un trabajo, voluntario y por tu cuenta pero, sin duda, en tu propio beneficio.
Marca una jornada diaria para buscar empleo, pero no te obsesiones. Si dedicas tres horas al día que sean tres, no estés dándole vueltas constantemente porque no vas a solucionar nada.
Dedica unas cuantas horas a buscar ideas originales para la elaboración de tu curriculum vitae, pero tampoco hagas algo demasiado difícil. Lo más importante es dar datos claros, concisos y aportar muchas referencias demostrables de tu experiencia. Tu currículum no será mejor porque tenga 8 páginas, lo importante es que con un primer vistazo, que es lo que te dedicarán, se transmita aquello en lo que eres único.
Ten en cuenta que el mercado laboral esta bastante mal, pero no por ello debes sacrificar tus expectativas, sé realista en lo que quieres ganar pero tampoco aceptes cualquier precio por tu trabajo. Esa actitud perjudica a todos.