

Hay que tener en cuenta que el alumno que se prepara para esta prueba tiene que ser capaz de utilizar el inglés para hablar de temas complejos y tiene que ser capaz de entender los puntos más refinados de documentos o informes.
La prueba se compone de cinco partes: reading, writing, use of English, listening y speaking. Tienes que ser capaz de dominar todas y cada una de estas partes.
Para preparar con éxito el proficiency hay que dedicarle muchas horas y empeño. Lo más recomendable es guiarse por libros específicos que contengan ejercicios prácticos relacionados con las pruebas que componen el examen. En cualquier librería especializada puedes encontrar numerosos ejemplares.
En tu estudio no pueden faltar un libro de gramática correspondiente al nivel avanzado y un buen diccionario.
La clave está en conocer cuál es la estructura del examen y los temas que se suelen utilizar. Su preparación es posible desde casa y es importante que esté especialmente motivado y sea constante en su estudio, pues se trata de una prueba con cierta dificultad.
Siempre puedes acudir a una academia para que te ayude en la preparación del examen. Existen cursos específicos que se encargan de preparar a los alumnos para que aprueben este tipo de pruebas.
Por lo general, en estos cursos se trabaja con técnicas propias del examen. Te pueden ayudar a realizar lecturas rápidas de textos de una cierta complejidad dentro de un tiempo límite. También se enseña a componer narraciones, propuestas o informes.
Otro de los trucos que se enseñan es identificar las trampas que suelen aparecer en las preguntas de compresión auditiva y a perfeccionar la pronunciación del idioma y a desarrollar la fluidez.