

Consejos para hacer un currículum sin experiencia previa
Antes de empezar a elaborar el currículum, tanto si se tiene experiencia como si no, hay que tener en cuenta una regla básica y transcendental: no mentir jamás. Aunque pueda parecer obvio, son muchas las personas que tienden a añadir determinados conocimientos o experiencias laborales que no son reales. Los seleccionadores están acostumbrados a entrevistar a cientos de posibles candidatos, por lo que la comprobación de datos se hará rápidamente. Lo único que se conseguirá al falsificar aspectos del currículum será perjudicar la propia reputación y la futura carrera profesional. En casos donde no se posee experiencia alguna, redactar un currículum vitae de tipo funcional es la opción más adecuada ya que centra su atención en las habilidades y actitudes del candidato. De esta forma, se puede estructurar la información de manera que capte la atención del entrevistador. Asimismo, es necesario prestar atención no solo al contenido sino al formato en el que se presenta, pues puede marcar notablemente la diferencia entre un candidato u otro. Un currículum de este tipo debe contener una serie de puntos muy concretos. Uno de los más relevantes es la información relacionada con los datos personales. Lo más habitual en un currículum es incluir el nombre y apellidos, la dirección, el teléfono de contacto y la dirección de correo electrónico a través de la cual pueden contactar. Si se desea añadir información complementaria, apuesta por una foto reciente y la fecha de nacimiento, además de enlaces a los perfiles en redes sociales profesionales como LinkedIn o Infojobs. Si se posee un blog o una web relacionados con el sector con el que se busca empleo, es conveniente anexionar todos los enlaces pertinentes. Los puntos siguientes del currículum deberán adaptarse dependiendo del empleo al que se opte para obtener mayores oportunidades. Desde hace unos años, es muy común en España incluir una breve descripción donde se pongan de manifiesto cuáles son los objetivos profesionales acerca del trabajo en cuestión. Además, es recomendable hablar sobre las aptitudes y las habilidades que se puede aportar. En el campo de la educación, lo habitual es incluir únicamente el último nivel, a excepción de un título universitario y posteriores máster o doctorados. A continuación, en la formación complementaria se hablará de todos los cursos, seminarios y experiencias académicas que tengan relación con el empleo, añadiendo las fechas de inicio y finalización, así como el centro de estudios donde se han estudiado. Es posible que durante la formación académica se hayan cursado prácticas remuneradas o no que pueden contar como experiencia profesional, por lo que es importante insertarlas en el apartado de laboral junto con las diversas experiencias de voluntariado si estas han tenido lugar. Por otra parte, se encuentra el bloque de las aptitudes donde se incluyen los conocimientos informáticos y técnicos que pueden estar relacionados con diversos sectores, así como los idiomas hablados y su correspondiente nivel en cada una de las categorías.