Todos los estudiantes cuentan con cierta creatividad, pero este aspecto hay que desarrollarlo para llevarlo al siguiente nivel.
Trabajar la creatividad en la escuela
Las estrategias más exitosas para fomentar la creatividad en las aulas son las siguientes:
Motivar a los alumnos a ser autónomos
La autonomía es la base de la creatividad en los estudiantes. Los alumnos que estén más motivados y tengan una mayor autoestima, desarrollarán proyectos más creativos. Los docentes deben trabajar en la resolución de problemas dejando siempre una puerta abierta a la argumentación, evitando contestaciones cerradas de “sí” o “no”. Los proyectos creativos no son buenos o malos en sí mismos.
Utiliza soportes digitales
La tecnología es imprescindible en las aulas, no solo para asentar contenidos teóricos y llevarlos a la práctica, también para desarrollar la creatividad. Las oportunidades que ofrecen los soportes digitales son infinitas: crear un blog de la clase donde los estudiantes redacten diferentes tipos de texto, test y quiz interactivos, grabar y editar vídeos de los alumnos explicando contenidos del temario a modo de exposición, etc.
Juega con la distribución en el aula
La ubicación de los muebles del aula potencia la creatividad de los alumnos. La situación más propicia para desarrollar la creatividad son los espacios abiertos con una disposición de mesas y muebles armónica.
Algunos ejemplos de distribución de las mesas que suelen ser exitosos son la ubicación en forma de “U” (los estudiantes pueden realizar actividades en la zona central y todos tienen contacto visual entre sí) y en forma de hilera de 3 o 4 estudiantes (se potencia el trabajo en equipo y la comunicación activa).
Crear roles diferentes en el aula
La creatividad se puede fomentar de diversas vías, una de ellas la creación de dinámicas nuevas en el aula. Por ejemplo, combinar las clases teóricas con el visionado de películas o vídeos, completar letras de canciones con huecos en las clases de idiomas, gincanas o competiciones por equipos en educación física, excursiones a la naturaleza en las asignaturas de ciencias, asignar un personaje histórico a cada alumno y que lo adivinen con preguntas en las clases de historia, etc.
Las actividades grupales como estas permiten asentar los conocimientos de forma amena, mejoran las habilidades de comunicación interpersonal entre los estudiantes y aumentan su motivación.
Conocer los intereses de los estudiantes
Cada estudiante posee unos rasgos que le diferencian y es el papel del profesor conocerlos y potenciarlos de forma positiva. Los docentes deben fomentar la curiosidad y el interés de sus alumnos, aunque su futuro no esté encaminado hacia la temática de su asignatura.
La creatividad en el aula se puede aplicar de forma directa con actividades y asignación de roles determinados, o bien con lecciones multidisciplinares –por ejemplo, combinando asignaturas como geometría explicada desde las figuras en el arte–. Los estudiantes que desarrollen su creatividad en el aula estarán más motivados.