Ser respetuoso es muy importante para saber relacionarse con los demás. Si un niño no se respeta ni a sí mismo, es muy complicado que respete a los demás, y por tanto, no logrará éxito en la vida. Por el contrario, un niño respetuoso es cuidadoso con sus responsabilidades y consigue llevarse bien con el resto de personas. Los valores se enseñan en casa. La escuela también puede contribuir a transmitir la importancia del respeto, pero son los padres los que tienen que educar a sus hijos y los que tienen mayor influencia a la hora de inculcar este valor. De hecho, si el niño no muestra respeto en casa, en el colegio tampoco lo harán. Para lograr que el niño sea respetuoso, hay que mantener relaciones de entendimiento con él. Nunca trates de avergonzarle, y escucha siempre su versión de una historia que está viviendo antes de tomar una decisión. Elógialo y permite que asuma responsabilidades por si mismo. No olvides algunas fórmulas básicas del respeto como decir “gracias” y “por favor” cuando le pidas alguna cosa. Hábitos tan sencillos como golpear su puerta suavemente antes de entrar a su cuarto, cumplir tus promesas y mostrarle que lo que le dices es de corazón contribuyen a que el niño desarrolle esta actitud respetuosa. Las relaciones que debe de haber en casa tienen que basarse en el respeto y el entendimiento. También es muy importante que le transmitas que el respeto es algo que se gana. Para ello es fundamental que des un ejemplo de comportamiento respetuoso hacia otras personas, los animales o el medio ambiente. Anima a tu hijo a luchar por sus metas y explícale que cometer errores es algo que todas las personas hacen. Elógialo por sus logros y sus buenas acciones, y hazle saber lo que quieres.
