Cómo aprender a Ahorrar

La crísis que nos afecta hoy por hoy, tanto en nuestra sociedad como la llamada crisis mundial, tiene su principal consecuencia en la falta de previsiones de ahorro por parte de las familias y gobiernos, así como el derroche de los recursos que tenemos a nuestro alcance.

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alondra
lunes, 21 noviembre, 2011

El auge económico ha mermado la capacidad de los ciudadanos para ahorrar y les ha facilitado la inversión en cosas , que hoy por hoy vemos claramente, como inútiles.

AHORRO

La educación para el ahorro, no es solamente el colocar una alcancía en la cabecera de la cama de los niños o en la cocina.  La capacidad de ahorro se puede cultivar hasta en detalles que parecieran insignificantes.

Nuestras vidas diarias se mueven en base al dinero: lo bienes que podemos comprar, los servicios que podemos pagar, la diversión que podemos costear y, desde luego, la educación que podemos mantener.  Hace algunos años, circulaba el dinero, nos movíamos tranquilamente para conseguirlo, entonces no nos preocupábamos de pensar si las cosas que adquiríamos eran realmene necesarias.

Así nos encontramos con nuestras casas "llenas de cosas útiles, pero no tan necesarias". De esta manera,  vemos cómo muchas familias, para poder mantenerse, se han visto en la necesidad de vender lo que no era indispensable tener.

Los niños y jóvenes constituyen el sector de la familia que más demanda gastos, porque además de estar en etapa constante de crecimiento, la cual  incluye niveles de educación, tallas de ropa, actividades extraescolares, también están inmersos en una sociedad que marca pautas en cuanto a los estándares que se deben seguir de consumo.

Esta misma sociedad, creada antes por los adultos, que les indica que serán felices en la medida en que posean o sean capaces de pagar ciertos bienes y servicios.

Pues bien, la escuela y la familia son fundamentales para que se puedan crear nuevas bases para una futura sociedad más justa y menos consumista.

La crisis actual y los recortes del gasto público han hecho que los Centros Docentes diseñen planes de ahorro, reciclaje y reutilización de muchos materiales y servicios que antes eran derrochados.

Así se ahorra en electricidad apagando la iluminación de pasillos con luz natural, también los nuevos diseños arquitectónicos incluyen la luz natural. Muchos maestros tienen cajas en la aulas dónde recogen los materiales que pueden ser reciclados y los alumnos se turnan para llevarlos a contenedores específicos.

Los folios mal impresos o mal escritos, se colocan en un sitio específico para ser usados por la otra cara, los servicios tienen incorporados sistemas de cierre y apertura automática de los grifos y,  si no,  una persona que constantemente está revisando que estén bien cerrados.

Muchos alumnos realizan actividades complementarias para recaudar fondos y así adquirir materiales específicos que necesitan (televisores, pantallas, dotaciones deportivas, etc.). También son cada vez más los proyectos de cuidado del medio ambiente que se ponen en marcha cada año en los centros escolares.

Una mención muy importante merece el ahorro de combustible, en todas sus modalidades. La utilización de las bicicletas o ir andando a los sitios, además de ser muy beneficioso para la salud se suma al ahorro que millones de personas hacen diariamente de nuestros combustibles no renovables. Así como el uso de abrigos en lugar de encender la calefacción cuando la temperatura lo permita.

Igualmente,  en las familias, que es donde se ve más derroche, hay algunas recomendaciones que pueden ayudar en la conducta de ahorro: la más importante es comparar precios y calidad antes de adquirir cualquier producto, utilizar las luces sólo lo necesario (ahorro de energía eléctrica),  ducharse y cepillarse los dientes utilizando el tiempo justo (ahorro de agua), ir guardando dinero para adquirir aquello que se quiera obtener en vez de que lo obtenga en cuanto se pida (ahorro de dinero), cuidado de la ropa y los enseres de casa (ahorro de materiales), cocinar calculando bien el número de comensales (ahorro de alimentos), evitar la colección compulsiva de prendas de vestir o adornos para el hogar (ahorro de dinero y ropa), pensar siempre en el "reparador" quien puede, por poco dinero, evitarnos el gasto de sustituir cuando se puede arreglar.

La cultura de consumo, tiene que ser reflexionada tanto por padres como por docentes para que así se puedan transmitir a las generaciones futuras los cambios que les llevarán a vidas más tranquilas y provistos de lo necesario, pero,  sobre todo,   libres de endeudamientos que quitan el sueño y roban la paz y la seguridad a nuestra sociedad.

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