

Además de ser una experiencia gratificante para nuestros hijos, es una actividad que sólo puede traducirse en beneficios para los niños en cuanto que es una oportunidad para mejorar sus habilidades sociales al relacionarse con otros niños de su edad, una apertura de su mente y una mejora de su comunicación.


Los niños adoran las experiencias de los campamentos de verano. Es una oportunidad para hacer amigos nuevos, compartir habitación y juegos con otros niños. Es una forma de romper con la rutina escolar y que además, les aporta muchas ventajas y, sobre todo, viene muy bien a todos aquellos niños que sean más tímidos y les cueste expresarse.
Los campamentos de verano son verdaderas comunidades planificadas y orientadas por personal docente, profesional y responsable entre profesores, monitores, cocineros y auxiliares que contribuyen a crear un ambiente de armonía y una sana convivencia. El fin de los campamentos de verano es que los niños se diviertan y aprendan. Es una experiencia que es totalmente recomendable para todos los niños, al menos para que lo vivan una vez en su vida.
Beneficios de los campamentos de verano en educación
Los beneficios para la educación que conlleva esta experiencia como bien hemos señalado es el desarrollo de las habilidades sociales. Del mismo modo es un buen momento para vivir en cooperación con otros niños con los que se convive.


Es una forma de experimentar la libertad y en la que los niños pueden abrirse y expresar abiertamente lo que opinan y acerca de sus pensamientos y sus sensaciones compartidas con otros niños. La comunicación de tu hijo se verá favorecida en este sentido, ya que tendrá que expresarse por sí solo y manifestar sus necesidades.
Si a tu hijo le cuesta participar en clase o expresar abiertamente lo que siente, los campamentos de verano son una buena actividad para desarrollar estos ámbitos. Además, el trabajo en equipo que tan importante es durante la vida escolar y adulta, se potencia en este tipo de actividades.
Del mismo modo, los campamentos de verano son una oportunidad ideal para que los niños aprendan una serie de valores básicos para su día a día y para el desarrollo de sus habilidades sociales al vivir durante días en un entorno diferente al que están acostumbrados. Es un buen momento para que los niños reciban el valor de la tolerancia ya que, al convivir con los demás niños, deben escuchar sus opiniones y respetarlas.


Problema de los campamentos de verano
El problema es que muchos padres no se deciden a apuntar a sus hijos a los campamenos de verano porque creen que su pequeño no está preparado para vivir fuera de casa unos días, creen que es posible que sufra algún accidente o piensan que su hijo es demasiado tímido para pasar esta experiencia. Lo importante es que los padres estén bien informados acerca de este tipo de actividades y conozcan de antemano sus instalaciones, lo que se hace, las ventajas para la educación que tienen y, posteriormente hablen con sus hijos para preguntarles si les apetece ir.
Es verdad que si tu hijo es tímido puede no sentirse atraído por la idea, y por eso, es importante conocer su punto de vista siempre, y explicándole las ventajas y las actividades que allí va a realizar. Además, los campamentos de verano permiten que los padres puedan estar solos unos días y descansar de su labor diaria con los niños. De hecho, la separación entre padres e hijos también puede ser favorable para su relación ya que los niños darán más valor a lo que tienen.