Por eso, es muy recomendable, y estaremos favoreciendo a un desarrollo saludable del niño, si nos mostramos positivos ante la vida, sonrientes.


Los beneficios psicológicos que aporta el reírse son importantísimos, aparte de las hormonas que se generan en nuestro cerebro, simplemente una sonrisa puede cambiar un pensamiento negativo por otro positivo. Así que está en nuestras manos el ayudar lo máximo posible a nuestro hijo para que sea lo más feliz posible en esta vida.
Crecer rodeado de un ambiente de positivismo, incluso ante las adversidades que pueden surgir en la vida, es un comportamiento de gran valía que el niño puede aprender desde pequeño, realizando este aprendizaje y fijándose en sus modelos referentes, sus padres.
Cuando reímos se segregan endorfinas, que entre sus muchas capacidades, destacan la capacidad para reducir el dolor, reducir el estrés y mejorar el estado del ánimo.
Si desde pequeños se les enseña a mostrar las emociones y a expresarse, cuando vayan creciendo, serán capaces con mayor facilidad de expresar sus sentimientos y de entender los de los demás.
La empatía es una capacidad de gran valía en el ser humano, cada vez se le está dando más importancia para entender cómo funciona nuestro cerebro, y para desarrollarla es conveniente que los niños desde las primeras etapas aprendan a diferenciar emociones, y entre ellas la risa es una de las más saludables.


No hay duda de que tenemos que vivir en sociedad, y por ello es conveniente cuidar las relaciones que tenemos con nuestro entorno, y una actitud positiva y la sonrisa favorecen esta relación con el mundo.