Jugar con plastilina es de gran ayuda en el mundo de la educación infantil y primaria.Moldear plastilina y crear accesorios con ella, despierta las ganas de experimentar, de jugar con confianza y libertad para el pequeño de la casa. Esa manualidad es una fuente de beneficios en el desarrollo de tu hijo. Supone que el niño tenga que aumentar su capacidad de concentración para adentrarse en lo que moldea.
Es una forma de proponerse pequeñas metas a corto plazo en las que el niño tiene como objetivo moldear alguna figura. Facilita su proceso de lectoescritura a la vez que le relaja. Por eso, jugar con plastilina es recomendado para niños nerviosos, inquietos o que sufran déficit de atención, con o sin hiperactividad.
La utilidad de la plastilina y el hecho de haber creado una figura por uno mismo aporta satisfacción personal. Los niños pueden moldear desde figuras decorativas o adornos hasta figuras para que los niños comprendan mejor algunos conceptos, como la anatomía humana.
Este material se emplea como apoyo en la educación infantil como estimulante psicomotriz también. Su amplia gama de colores también ayuda a que los niños aprendan la diferenciación entre ellos, las formas que se moldean para enseñar geometría básica y la capacidad de separarse y volverse a unir. Es una forma más de enseñar la utilidad y la función de muchos objetos.Hay que tener en cuenta que la plastilina comercial no está orientada a niños menores de 3 años y hay que cuidar que no sea tóxica. En ese caso se aconseja utilizar plastilina casera, preparada a base de harina y agua. Se amasa hasta que tenga cierta consistencia y posteriormente se le echa colorante comestible y unas gotas de aceite.