

Los efectos del bullying se manifiestan a nivel emocional, en la salud física e incluso en el rendimiento académico. Los padres nunca están preparados para enfrentarse a estas situaciones y abrir diálogos constantes con los hijos resulta vital.
Qué hacer cuando tu hijo sufre acoso escolar
Pero cuando hemos descubierto que nuestro hijo sufre en bullying en la escuela... ¿Qué es lo que debemos hacer? Lo primero es demostrarle que somos las personas adecuadas para que derroche toda su confianza y comprometernos a solucionar el problema. Es importante hacerle saber que no es el culpable de lo que le está ocurriendo y que no está solo. Cuando creamos que nuestro hijo nos ha contado los detalles de su problema nos pondremos en contacto con la dirección de la escuela o instituto, así como con su profesor y jefe de estudios. Les alertaremos de lo que ocurre y les pediremos que actúen en consecuencia. Consideraremos la posibilidad de llevar a nuestro hijo al psicólogo, con el fin de que pueda desahogarse y recuperar la fuerza que perdió en algún momento. Entretanto, si los docentes no son capaces de frenar el hostigamiento nos pondremos en contacto con un abogado, con el que se valorará la posibilidad de denunciar a los acosadores y/o al centro de estudios. Es importante que durante todo el proceso nos mantengamos positivos para animar a nuestro hijo.


Qué hacer cuando tu hijo es un acosador
¿Y si nuestro hijo no fuera la víctima si no el acosador? A veces a los padres nos cuesta admitir conductas negativas en nuestros retoños. Sin embargo, las tienen, como cada ser humano en determinados momentos. El problema es cuando esas conductas persisten. ¿Cómo debemos actuar? Negarlo o culpar a la víctima no solo retrasará que pongamos solución al problema, sino que además podría incluso respaldar los comportamientos violentos de nuestro hijo o, lo que es peor, que en el futuro de lugar a otros tipos de violencia. Buscar ayuda en psicólogos y en el propio colegio o instituto es un paso fundamental. Entre todos deberán transmitirle al niño las normas sociales y sacarle de ese narcisismo en el que los acosadores suelen acomodarse. Es primordial que no le señalemos en casa ni le aislemos, pero jamás se le debe disculpar por el acoso que ejerza ni enfrentarnos a la familia que denuncia el acoso. El objetivo será canalizar sus conductas agresivas y enseñarle a identificar y hablar acerca de sus insatisfacciones o frustraciones.