

Antes se pensaba que el tamaño del cerebro correlacionaba con la inteligencia, pero esto no es cierto, ya que no influye la masa cerebral en la inteligencia a desarrollar.
Se estipula que aproximadamente la mitad de la capacidad de desarrollo de la inteligencia de una persona es de carácter hereditario, y el resto dependerá de la estimulación y entrenamiento que se reciba a lo largo de la vida.
Para potenciar al máximo las posibilidades de desarrollo de una buena inteligencia, lo más aconsejable es que desde temprana edad el niño estimulación variada tanto en ejercicios de índole académica, como en actividades sociales.
La realización de ejercicios de memoria, lectura, creatividad, junto con actividades en grupo fuera del núcleo familiar, es lo más aconsejable para favorecer la expansión de la inteligencia del niño.
Lo más acertado sería que la escuela tuviera un sistema un poco mas individualizado, porque cada niño lleva su propio ritmo de desarrollo, y el sistema educativo hoy en día está preparado para un alumno medio.
Fuente Imagen ThinkStock.
No estoy de acuerdo en algunas afirmaciones.
Para empezar el tamaño del cerebro sí influye en la capacidad intelectual. Se suele decir lo contrario para no tener que admitir que los hombres de media son más inteligentes que las mujeres, quienes tienen un cerebro más pequeño.
Para seguir dice el artículo que la capacidad intelectual tiene una alta componente hereditaria. Esto es cierto, aunque siendo más preciso habría que hablar de componente genética. Cierto es que de padres inteligentes surgen niños/as inteligentes, pero en ocasiones se producen mutaciones que hacen que el individuo sea más o menos inteligente que sus progenitores.
Siendo así habría que informar a la población y decírselo alto y claro: señores/as olvídense de las novelas o de lo que vieron en aquella película pues todos son relatos de ficción. Si usted y su esposa tienen poco cerebro no esperen que su hijo o hija cuenten con uno de mayor capacidad porque la cosa no funciona así desgraciadamente.