¿Cómo se accede al PIR?
Como hemos dicho, la formación que se persigue es para llegar a ser Psicólogos Clínicos, actualmente el PIR es una competencia autonómica, por la que se accede a un terreno laboral teórico y práctico. La condiciones y remuneraciones específicas dependen de cada autonomía.


Para acceder al PIR hay que superar un examen que se convoca anualmente. Este examen tendrá el 90% de la nota necesaria para acceder, el 10% restante depende del expediente académico. Para poder presentarse a este examen, es necesario estar en posesión de la licenciatura o grado en Psicología y además:
- Tener la nacionalidad española, la de cualquier Estado de la UE, del Espacio Económico Europeo, de la Confederación Suiza o del Principado de Andorra. También pueden presentarse los cónyuges, parejas de hecho y descendientes directos de los nacionales; las personas apátridas y las personas nacionales de países que sean titulares de una autorización para residir en España en los términos establecidos en el Real Decreto 865/2001, de 20 de julio y conforme a la Ley Orgánica 2/2009 sobre derechos y libertades de los extranjeros en España.
- No padecer ninguna enfermedad o limitación que imposibilite seguir las actividades necesarias para la formación
- Tener una licenciatura o grado en el ámbito de la psicología.
Tras pasar las pruebas de acceso, el psicólogo realizará rotaciones por los distintos departamentos y unidades para que pueda conocer todas las temáticas puestas a la práctica siempre con el respaldo de un tutor que le respaldará y se encargará de su expediente y de calificar al alumno.
Durante los 4 años que dura la formación, las rotaciones se irán haciendo en las diversas unidades. La mayoría de las rotaciones ya vendrán establecidas en el BOE dentro del programa formativo. El tiempo concreto que se pasará en cada una de ellas dependerá del hospital donde se esté realizando.
Esta formación del PIR normalmente se presta a personas jóvenes que se acaban de licenciar y disponen de unos conocimientos teóricos que les ayudarán a poner en uso esa práctica, de modo que podrán asimilar en casos reales todos los conocimientos que han adquirido durante su aprendizaje en la carrera. Se acerca así el mundo universitario al mundo clínico.