

Aunque si bien es cierto, que por ejemplo en Madrid la matricula oscila entre 250 y 280 euros (casi el doble que el año pasado) no deja de ser un método barato. La capital y Barcelona son las que tienen las tasas más caras actualmente, mientras en las escuelas valencianas apenas llega a los 60 euros. Para más información, el Boletín Oficial del Estado proporciona las modalidades de pago.
Cada escuela de idiomas oferta determinados idiomas. Se puede encontrar desde inglés, francés, italiano, alemán, chino, árabe o japonés entre otros. El número de alumnos por clase varía mucho de cada centro, puede ser desde 5 alumnos en niveles avanzados a 30 alumnos por clase. Asimismo los alumnos son de diversas edades, desde los 16 años en adelante.
Son seis cursos divididos en tres ciclos: Nivel Básico durante dos años para obtener nivel A2; Nivel Intermedio que corresponde a tercero y cuarto y el nivel es B2; Nivel avanzado, quinto y sexto que equivale a un nivel C2.
Dispone de varios horarios y como mínimo son 4 horas semanales. Si algo caracteriza a las escuelas de idiomas es que suponen una gran ayuda los primeros años en los que se inicia un idioma. Por ejemplo, con el idioma inglés, se trabaja mucho más la pronunciación, la práctica oral que en el bachillerato.
Por tanto, es una buena forma de obtener un nivel básico e intermedio, ya que se hace más hincapié a equilibrar todas las partes necesarias para aprender un idioma: lectura, comprensión, escritura y expresión oral. De hecho los exámenes se estructuran en cuatro partes y el alumno debe de aprobar con un mínimo de un 60% cada una de ellas para escalar nivel.
En niveles más avanzados, el alumno debe estudiar por su cuenta, ya que la escuela de idiomas no es suficiente para manejar el idioma en un nivel alto. Según se avanza de nivel requiere de mayor esfuerzo y trabajo del alumno fuera del aula.