

Hay masters que ofrecen la posibilidad de realizarlos a distancia, todo dependerá del tipo de materia que se curse y si ésta permite que no se tenga que hacer todo el grueso de la materia presencialmente.
Cuando se acude con regularidad a clases presenciales, se crea una obligación en el horario diario de modo que siempre se tenga o se deba de respetar. Suelen apunar las asistencias y eso puede ser clave a la hora de recibir las puntuaciones finales cuando hay dudas por parte del profesor. El profesor explicará la materia, con ayuda de un soporte el cual facilitará al alumno y las dudas se podrán resolver en el momento, recurriendo a ejemplos y ejercicios que ayuden a solventar la duda. Existe una relación cercana entre el profesor y los alumnos.
Cuando se realiza un master semipresencial, habrá que preparar la materia con mayor esfuerzo fuera de las aulas, al centro se acudirá en determinados días, de un modo casi obligatorio, a asistir a unas tutorías en las que se resolverán dudas y se incidirá en la parte del temario más compleja. Este tipo de modalidad es buena para las personas que son constantes y que no necesitan crearse una obligación para llevar el temario al día, las tutorías aunque serán densas y un poco complejas por la cantidad de materia que abarcarán, serán un resumen de unas clases presenciales que se habrán impartido en distintos días.
Este tipo de estudio es muy adecuado para las personas que viven lejos del centro donde se cursa el master e incluso para las que trabajan o que por su situación personal no pueden asistir con regularidad a unas aulas. Es probable que haya profesores que no nos conozcan, la relación es más compleja.