Debemos tener en cuenta que todos los comportamientos saludables que se aprendan desde pequeños, serán un valor positivo que los padres estarán aportando a la vida de su hijo, para que éste se desarrolle de una forma sana y con unos valores y hábitos saludables.


Fomentar la práctica de deporte en los niños se antoja casi imprescindible, dado la multitud de beneficios que produce la practica continuada de ejercicio. Si desde que el niño es pequeño le acostumbramos a que esté en un entorno donde se fomenta el deporte y se practique con regularidad, es muy probable que él mismo vaya adquiriendo el hábito y el gusto por las mismas actividades.
Además de los múltiples beneficios que le estaremos aportando al niño, una familia que dedica parte de su tiempo a hacer deporte, tiene más probabilidades de ser una familia sana, ya que además de los propios beneficios físicos y psicológicos, será una familia más unida, ya que estarán realizando algo que les gusta a todos, y juntos, y esto ayuda mucho a que las relaciones personales sean de respeto y saludables.
¿Cómo fomentar el deporte en los niños?
Lo más aconsejable es que desde bien temprana edad el niño esté en contacto con varios deportes y que termine eligiendo el que más le guste.
El objetivo es que disfrute practicando ejercicio, que sea una actividad que realmente le guste. Los padres podemos orientarlo, sin embargo la decisión final debe ser sólo suya. Es conveniente que en el tiempo libre la familia opte por esta opción en vez de por otras menos saludables y que se involucren en la actividad deportiva del niño mostrándolo como una actividad positiva y nunca como un sacrificio.
Tampoco hay que generar presión alrededor de esta actividad. Si el deporte elegido es competitivo, no hay que presionarle con los resultados. No debemos perder de vista que el objetivo es hacer que se aficiona a practicar ejercicio. Si lo ve como una obligación que además le genere estrés acabará por abandonar su práctica.
Disfrutar los fines de semana por ejemplo de un paseo en bicicleta junto con nuestro hijo, es sin duda una experiencia gratificante. Si el niño ve lo atractivo de este tipo de actividades, con mucha probabilidad instaurará este hábito en su vida, y cuando sea adulto continuará realizando estas actividades.
Tenemos que ser conscientes del tipo de vida que queremos que lleve nuestro hijo, y ser consecuentes con esto, y a partir de esto, realizar actividades y fomentar lo que más aconsejable pensemos que es para él y para todos.