

Un educador infantil es una de las primeras figuras externas a las que se tiene que enfrentar un niño. De esta forma, es habitual que cause un gran impacto dentro del mismo y, por lo tanto, tenga una gran importancia. Para ser un buen educador infantil, es necesario tener pasión por el trabajo. Un educador infantil que cuente con la pasión suficiente, será capaz de transmitir y comunicar, toda clase de conceptos y aptitudes a los niños con una mayor facilidad. Este es uno de los principales aspectos que tiene que desarrollar un buen educador, la comunicación.
La comunicación como medio de expresión
Un buen educador infantil tiene que saber transmitir la información de la forma correcta al niño. Gracias a esto, en niño tendrá una mayor facilidad para poder desarrollar sus sentidos y relacionarse con el entorno, comprendiendo mejor todo cuanto le rodea a la par que desarrolla su aprendizaje. En este caso, se pueden utilizar muchas herramientas que faciliten la comunicación con el niño, como por ejemplo la gamificación. El aprendizaje a través del juego, es una herramienta bastante útil que tienen los educadores para transmitir toda clase de conocimientos a los niños y enseñarles que, en la vida, hay unas reglas que hay que respetar como es aceptar a los demás, saber escuchar y, sobre todo, respetar.


La relación social del educador infantil
Un buen educador infantil deberá de tener buenas relaciones sociales. Si nos remitimos al ejemplo anterior de la gamificación, el educador infantil se tiene que relacionar socialmente con los niños de la forma correcta. Debe de captar su interés y fomentar una buena relación con el niño, tratando de detectar todas las necesidades que tenga el menor. En este caso, la educación, tiene que ser personalizada. En tan prontas edades, es complicado que todo el grupo vaya de la mano y puede que existan niños que vayan más lento o rápido que otros. Un buen educador infantil deberá de programarse y para ello, establecer unas metas a las que pretende llegar con los niños. Cada niño es diferente y es bastante probable que haya que adaptar cada uno de los métodos. Saber interpretar sus necesidades y resolver cada una de estas, será la característica que diferencia a un buen educador infantil de uno más mediocre.


Características del educador infantil
Más allá de su buen trato con los niños, para que un educador infantil pueda desarrollar con éxito su trabajo, se le suelen pedir que cumpla con un cierto número de rasgos. La empatía hacia los más pequeños es uno de los más importantes, por lo que el educador infantil deberá de mostrarse cercano y comprensivo con los niños, tratando de solucionar cada uno de sus problemas y sobre todo, haciendo partícipes de este conocimiento a sus padres. Por otro lado, un educador infantil debe de ser creativo. Un educador infantil creativo cuenta probablemente con un método educativo mucho más avanzado que uno que no lo sea y, además, tendrá una mayor facilidad de adaptarse a cualquier tipo de problema, independientemente de la naturaleza del mismo. Por último, la paciencia y la energía, son virtudes que ayudan en una gran medida a poder desarrollar la actividad. Pese a que trabajar con niños pueda llegar a ser muy gratificante, es necesario tener mucha paciencia y a lo largo del día, terminan por desgastar bastante. En definitiva, ser educador infantil es un trabajo muy gratificante pero también puede llegar a ser bastante sacrificado.