La comunidad estudiantil es una de las más afectadas debido a la convivencia en la aulas y al intercambio constante de objetos que han sido manipulados por los enfermos.


Se transmite por contacto o inhalación. Comienza con un dolor de garganta que se va extendiendo a las vías respiratorias ocasionando, en muchos casos, congestión y, algunas veces, pueden producir asma. La entrada del invierno suele ser la época con mayor índice de resfriados. Hay una gran variedad de virus que causan la gripe, inclusive el Ministerio de Sanidad administra vacunas para la población que pueda estar en riesgo de complicaciones por padecer enfermedad o por la edad.
Los niños son muy susceptibles de adquirir los virus, ya que están todo el tiempo en contacto con sus compañeros. Normalmente, los padres envían a los pequeños al colegio con resfriados si no presentan fiebre (pensando que no habrá problemas) y esto hace que los demás se contagien con más facilidad.
Las molestias más comunes son irritación de garganta, dolor de cabeza, mucosidad, dificultad para respirar, tos y fiebre. También suelen taparse los oidos (produciendo dolor) y los medicamentos que se administran suelen causar nerviosismo o provocar sueño, según sea el caso.


Como ya sabemos, el proceso de enseñanza requiere de concentración y esfuerzo. Esto hace que si el niño o la niña tiene molestias de gripe o resfriado, no esté en total disposición de asimilar las clases o las actividades propuestas. Los efectos de los medicamentos pueden interferir en su atención. Además, el realizar este sobreesfuerzo puede debilitarle más y retardar el proceso de curación. Por esto, no es recomendable que asista al colegio. Es mejor que se quede descansando y así recuperarse más rápidamente.
Por otro lado también es muy importante tener presente otros aspectos fundamentales:
- Seguir las recomendaciones médicas y evitar la automedicación, ya que un simple resfriado puede complicarse.
- Seguir una buena alimentación rica en pescado,verduras, legumbres y frutas que contengan vitamina C. Consumir abundantes líquidos.
- Evitar los excesos de esfuerzos físicos o la situaciones estresantes, ya que esto deprime el organismo y disminuye sus defensas naturales.
- No exponerse a los humos del tabaco o similares, ya que causan irritaciones en las vias respiratorias por los contaminantes que contienen, agravando las molestias.
- Lavarse las manos con regularidad para evitar transmitir el virus al tocar objetos o a otras personas.
- Usar pañuelos desechables y no reutilizarlos. En caso de no tenerlos a mano, cuando se necesiten, usar el brazo para taparse la boca, NUNCA LA MANO, pues luego contaminaremos todo lo que toquemos.
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