

Cada día los anuncios de la tele están más estudiados, los enfocan a cada público en las franjas horarias más adecuadas, utilizan un arma pedagógica de doble filo y esto hace que influya en la educación y el los hábitos de consumo.
Es la invasión de anuncios para todos los gustos, a la hora del desayuno, entre dibujo y dibujo, mientras los niños desayunan y ven la programación infantil de la tele, ya van sugestionándolos para que la Carta a los Reyes esté bien escrita y pidan lo conveniente. Se puede ver cómo cuando los periodistas entrevistan a algún niño en la calle en referencia a su carta, sobre los juguetes que ha pedido y, uno desea lo mejor para sus padres pues, cada vez las peticiones son más definidas y extensas, los niños no entienden de crisis quizá la vivan por la situación profesional de sus padres pero las matemáticas aun no han entrado del todo en sus vidas y la ilusión no entiende de economía.
Lo interesante es intentar no utilizar a la tele como el sustituto de un familiar o cuidador que participe de los juegos de los más pequeños, que la educación sea la que nosotros realmente le aportemos y no creamos que porque el niño está viendo dibujos, éstos son siempre de contenido infantil, también hay que tener en cuenta que muchos de los anuncios son bastante nocivos y peligrosos pudiendo llegar a dañar la educación de los más pequeños por ello es bueno ver la televisión junto a ellos para que puedan saber leer los contenidos y hacerles también partícipes de un consumo responsable.
hola
juan, no tienes amigos.