

La Revolución Tecnológica ha cambiado mucho la vida del hombre, tanto que no podemos imaginarnos la vida sin la tecnología que nos rodea en el día a día. El móvil, los mensajes de texto, el correo electrónico, la internet, el gps, la imagenología medicinal, son algunos de los ejemplos de tecnología que no existían cierto tiempo atrás.
La educación de las generaciones más jóvenes debe ir adaptándose al mundo y esto plantea constantemente nuevos desafíos a las políticas educativas quienes optan por reformular las estructuras programáticas ya existentes. Resulta que los cambios son tan rápidos que, en una cuestión de 10 años, son tales que no llega a evaluarse una propuesta cuando ya se deben ir implementando nuevas correcciones.
La pedagogía siempre se ha planteado una duda existencial; si la educación debe constituir un medio de adaptación o un agente de cambio social. Visto como lo comentado desde el inicio de este artículo, la educación aparece como un medio de adaptación al cambio social ajeno al propio cambio que intenta acompañar la evolución de la cultura humana para no quedarse atrás.
Pero los objetivos de la educación de una nación suelen ser o deberían ser mucho más pretensiosos; la educación vista como agente de cambio supone otros objetivos además de la adaptación al estilo de vida actual, a la tecnología, a la genética, a la hipercomunicación a través de medios (celular, chat, mensajes de texto, e-mail) y al avasallante volumen y diversidad de información que ha acarreado el uso masivo de la internet. Estos otros objetivos varían de un grupo humano a otro, de un lugar geográfico a otro y son los que permitirán la reflexión en torno al acción social del hombre, la valoración de los recursos del planeta, la adquisición de un espíritu de sana crítica y discernimiento; permitirán a unos decir si y a otros decir no.
Es que en términos de educar seres humanos no está nada dicho y puede, la educación, ser tomada como medio de manipulación social. Paulo Freire, pedagogo brasileño autor de La pedagogía del oprimido y firme entendedor de la Educación como agente liberador de los pueblos dijo "El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación"