Una buena ortografía es la base de un texto bien escrito. Esto es algo que se enseña en los colegios desde que los niños son muy pequeños. Requiere de práctica, de conocer la estructura lingüística de nuestra lengua y de lectura.
La buena ortografía es necesaria en la vida en general para que los demás nos comprendan, como signo de nuestra profesionalidad y de nuestro razonamiento ordenado. Saber escribir bien es imprescindible a la hora de redactar textos formales como solicitudes, el propio curriculum, instancias, denuncias, reclamaciones, cartas entre otros. La escritura tiene que ser impecable para que los demás nos entiendan.
Existen libros de ayuda y de aprendizaje de la lengua española, la propia web de la RAE (Real Academia de la Lengua), diccionarios y correctores de texto. Por tanto, conocer las reglas ortográficas sólo depende de ti.
A veces, los dictados de los colegios para repetir las palabras de difícil escritura o la lectura no son suficientes. De hecho, la comunicación se ha ido entorpeciendo con las abreviaturas típicas de los mensajes de texto en el móvil o de las redes sociales de Internet. Sin embargo, escribir bien no cuesta nada y además es sinónimo de profesionalidad y de conocimiento.
Saber escribir bien es importante para que los demás valoren tu conocimiento y tu intelectualidad.
La escritura es el reflejo del pensamiento y además de que las palabras tienen que estar bien escritas, es muy importante que las estructuras también sean las correctas. Sumado a ello, si se tienen que hacer escritos a mano, es fundamental que la letra sea legible para que no haya problemas de comunicación.
Una buena ortografía es sinónimo de calidad. Recuerda que si un texto está mal escrito puede suponer que los demás proyecten una mala imagen de ti.
Fuente imagen thinkstock.
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